Debería ser suficiente contar con un contexto urbano como el de San Francisco y un pedazo de actor como McQueen, para muchos sería como Eastwood y el desierto, sinónimo de buena película, palomitas y a disfrutar. Pues no, a Bullitt le digo que no, mi idea de película de crímenes y policíaca ha de tener más mala leche, ha de tener más acción que la nombradísima escena de 11 minutos de la persecución en coche por las calles y ha de tener más garra, más gancho. La idea de un testigo protegido y media mafia de otra ciudad detrás no está nada mal a priori pero podría haber dado más. Algo falla cuando se hace larga, y muy aburrida por momentos. Debo suspender a Bullitt y me doy cuenta de que ya han sido unos cuantos que opinan como yo, por algo será. Si algo tiene de buena es que a partir de este 1968 aparecerán más y mejores inspectores de policía, con más sangre, infalibles porque en eso no hay diferencia, pero con más carisma que el personaje de McQueen. Su falta de personalidad lastra toda la película, se han llegado a decir muchas cosas buenas de esta película, yo no estoy de acuerdo, es irregular y más bien floja.