Cualquiera puede tener su propio estilo y andar siempre haciendo las cosas de manera diferente al resto, no sólo Gilliam firma películas de una manera que no se ha visto nunca antes, la historia del cine está llena de raritos. A mí me molesta que gran cantidad de estos títulos diferentes se tengan que aplaudir casi porque sí, como este insoportable "Brazil", puede que Gillian tuviera ya un nombre en ese 1985, puede que su pésima rareza surgiera en el momento más oportuno, no lo sé, pero para mí es una tomadura de pelo considerable. Creo que su interpretación del clásico de Orwell es una lastimosa aproximación y una vez detrás de otra recurre al gag absurdo pegado con un adhesivo muy poco sugerente que nace de su mente oscura.

No sólo me he perdido muy a menudo, en cada minuto, sino que he recurrido al alcohol en mi tercer intento por acabar de verla y ni siquiera con ese importante desvío etílico de mi estado normal he logrado encontrarle la gracia. Un coñazo tremendo, el mundo interior de Gillian, incoherente y disparatado, puede ser etiquetado en su "Brazil" como película de culto, para mí es un pimiento. Esa es su auténtica etiqueta.