Me parece que después de más de 300 críticas anteriores a la mía poco puedo aportar de original. Me quedo con lo que he leído de un usuario al azar que le pone un diez y le aplaude porque Álex de la Iglesia con esta película se ríe de aquellos que le escupen. Yo hago lo mismo, porque no estoy de acuerdo en que "Balada triste de trompeta" sea una obra maestra pero sí tengo claro que el cine hecho en este país cuenta con pocos realizadores con la capacidad de este hombre. Su virtuosismo está fuera de dudas, Álex de la Iglesia es un tío que sabe hacer las cosas y el valor estético, el derroche de imágenes que nos ofrece aquí es excepcional. Me cuesta creer que ni siquiera en el apartado técnico haya quienes no son capaces de valorar como lo que es, un absoluto maestro. ¿Qué es lo que sucede? Pues como muy bien dicen muchos otros, lo que hace aquí este hombre es echarle un par de cojones, hablando en plata porque de otra manera no se pueden decir las cosas para que queden claras, de manera que esta película, hecha desde aquí, duele y escuece porque señala con el dedo cosas que muchos creen que son intocables.

En este país rencoroso hay gente que es franquista, así que un zumbado le muerda la mano al generalísimo es ofensivo para muchos. En ese momento de la película yo ya llevaba rato descojonándome, desde los títulos de crédito iniciales, pero es que ver el atentado de Carrero Blanco ha sido mucho más de lo que esperaba, incluso más que el despelote final en el Valle de los Caídos. Hay a quien le duele que esta España dividida en dos desde los años treinta del siglo pasado, por poner una fecha, sea señalada tan casposamente, a través de la locura de los dos payasos. Yo le aplaudo, por el derroche visual con el que he gozado y por su valentía, porque en un Estado donde los sumisos al poder colman sus partes inferiores, Álex de la Iglesia grita a través de su película lo que viene en gana, caiga quien caiga.

Y ciertamente no es una obra maestra, hay cortes, inconexiones, mucho caos y mucha locura incoherente, de repente el payaso se convierte en Rambo, es capaz de comerse un ciervo en el bosque, meterse en un cine con dos metralletas y quedarse pasmado con Rafael en el cine... No, hay cosas que no, es cierto que todo impacta tanto desde el inicio que alguien como yo, una aguja en el pajar de las críticas de esta película, jamás podría valorar negativamente. "Balada triste de trompeta" hace daño, me encanta que levante ampollas y que el vivísimo sector fascistoide de este país se estire de los cabellos, me encantan las gamberradas así, ojalá más seres humanos le echaran tantas pelotas como este hombre...