Jaume Balagueró es un director atípico en el panorama estatal. Es un tipo marcadamente decidido por un género, el de terror, y por la ambición de penetrar en el mercado exterior, usando para ello, a actores internacionales.
Darkness, es obra de la singular productora Fantastic Factory, productora volcada a los géneros de terror y ciencia ficción.

Una familia americana llega a una casa aislada en el campo. La familia la componen, una mujer fria (Lena Olin, de morboso parecido con Barbara Hersey), el padre que padece una extraña enfermedad, una adolescente (Ana Paquin) que lleva el peso de la trama, y por último un infante. Como en tantos otros filmes, la llegada a la casa desata unos sucesos extraños que afectan a sus moradores y que parecen tener respuesta en los orígenes de su hogar.
Deduzcan ustedes mismos la resolución de esta historia nada original.
Balagueró se repite a sí mismo y a su novedosa película anterior Los sin nombre: satanismo, terror sin sangre, montaje tramposo apoyado en la música y una historia volcada en un final supuestamente catártico.
Balagueró tiene un estilo visual muy interesante, fundamentado en el lenguaje del video clip y la publicidad. Su puesta en escena es inquietante, su fotografía tiene gran presencia y el montaje esquizoide de algunos pasajes resulta perturbador. Pero todas estas virtudes se desvanecen en un guión lleno de tópicos sin ninguna originalidad, en un género barrenado por éstos.