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España España · Madrid
Voto de MrRipley:
8
Intriga. Romance A pesar de que sus últimas misiones son bastante irrelevantes, el agente secreto británico Alec Leamas no desea abandonar la clandestinidad para ocupar un despacho oficial. Su nueva misión en la Alemania Oriental parece más interesante: consiste en hacerse pasar por un desertor y para que su deserción resulte verosímil se las ingenia para desacreditarse y desacreditar a sus jefes hasta conseguir que lo expulsen de la agencia de ... [+]
21 de septiembre de 2011
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se suele decir que la novela siempre es mejor que la película que resulta de ella, pero hay notables excepciones. Un tópico a la altura de este, es recordar Psicosis como ejemplo de película muy superior a su referente literario; algo, por otra parte, no por tópico menos cierto. El espía que surgió del frío podría ser otro ejemplo de, al menos, una adaptación a la altura de la novela que le sirve de base.
Martin Ritt no sólo es el director, sino también el productor de esta adaptación, y es un hecho relevante. Dentro la filmografía del director, es uno de los títulos con mayor implicación personal, y además de un retrato bastante sórdido del "inframundo" del espionaje durante la guerra fría, es una crítica abierta a la hipocresía de las "cloacas del estado" en las naciones llamadas democráticas y liberales. Los dardos son mucho más certeros y envenenados hacia el propio bando; por otro lado es la única opción: elaborar un discurso para destacar las miserias del bando contrario tiene mucho de manipulación política. Por otro lado, Ritt, aunque siempre cercano a la izquierda norteamericana, nunca perteneció al partido comunista.
Sobre esta posición política de Ritt, una de las escenas más reveladoras, se da en la primera cena entre Richard Burton y Claire Bloom. Están sentados a la mesa y en determinado momento en que ella saca a colación la cuestión política, su militancia comunista (mostrando un cartel reivindicando el desarme nuclear -aunque, dicho sea de paso, el partido comunista en general, y en concreto el de la URSS, no fuera precisamente un ejemplo de esa reivindicación en concreto-), se pone en pie, buscando algo en una caja. Ello obliga a cambiar los encuadres; a partir de ese momento, el descreído y cínico Leamas aparece en picado, la activista Nan en contrapicado. Ritt, aquí pero no sólo aquí, y como otros directores clásicos como Robert Rossen, demuestra su afición por los encuadres simbólicos, y no parece en absoluto una mala opción.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
MrRipley
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