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Voto de MrRipley:
5
7,2
50.135
Drama. Romance
Alemania después de la II Guerra Mundial. Michael Berg (David Kross), un chico de quince años, pierde el conocimiento mientras regresa del colegio. Hanna Schmitz (Kate Winslet), una mujer seria y reservada que le dobla la edad, lo recoge y lo lleva a su casa. Entre ambos surge un apasionado y secreto idilio que se ve interrumpido por la misteriosa desaparición de Hanna. Ocho años más tarde, siendo estudiante de Derecho, Michael vuelve a ... [+]
29 de enero de 2015
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
"El lector" tiene detrás una historia potente y está hecha con evidente esmero formal y buenas intenciones pero, y asumiendo que verla merece la pena y no es ninguna pérdida de tiempo, lo que no es poco decir, dista bastante de ser una película lograda. Al menos, lo está mucho menos de lo pudiera haberlo estado. Hay en ella, como lo hay en otras películas de Stephen Daldry, un aire de "cine de qualité" y "operación prestigio" que por momentos lo ahoga todo, y cuando digo "aire de qualité", no hablo en abstracto, sino de algo que se puede resumir en detalles concretos de la historia, como, sin ir más lejos, el abuso del acompañamiento musical dramático para recordarnos sin parar que estamos viendo el retrato de sentimientos profundos y sinceros. Esas cosas no debe darlas el músico, sino la propia historia; y de hecho, a veces lo daba. En muchos momentos me resultaba inevitable pensar lo que hubiera ganado tal o cual escena con un poco de silencio de fondo.
Cuando Hannah se decide a lanzarse al titánico esfuerzo (porque lo es) de aprender a leer por su cuenta, lo hace con el comienzo de "La dama del perrito" de Chejov. Siendo analfabeta, es de suponer que Hannah sólo sabe hablar alemán. ¿Por qué entonces los primeros planos del libro que lee -ya de por sí es discutible que sean necesarios- están en inglés? Está claro que estamos ante una producción estadounidense y es lícito que los actores angloparlantes hablen en su idioma (más aún, David Kroos es alemán, lo que es un punto a favor), pero un mínimo de rigor hubiera exigido que el texto, al menos, hubiera estado en alemán, y la escena se hubiera valido de subtítulos. ¿Hubiera estado menos claro las deducciones silábicas de la protagonista? Yo creo que no. Hubiéramos entendido perfectamente que está intentando aprender a leer.
Otro punto sólo parcialmente justificado. ¿Por qué la historia está planteada como los recuerdos del Michael-juez adulto revisionando su pasado; es más, ¿por qué nos muestran al personaje adulto con tanta insistencia? Si nos ponemos de abogados defensores, diremos que no es sólo una retórica "literaria" (de peli que quiere parecer literatura), sino que el conflicto principal del protagonista es el peso de su pasado... y paso al spoiler...
Cuando Hannah se decide a lanzarse al titánico esfuerzo (porque lo es) de aprender a leer por su cuenta, lo hace con el comienzo de "La dama del perrito" de Chejov. Siendo analfabeta, es de suponer que Hannah sólo sabe hablar alemán. ¿Por qué entonces los primeros planos del libro que lee -ya de por sí es discutible que sean necesarios- están en inglés? Está claro que estamos ante una producción estadounidense y es lícito que los actores angloparlantes hablen en su idioma (más aún, David Kroos es alemán, lo que es un punto a favor), pero un mínimo de rigor hubiera exigido que el texto, al menos, hubiera estado en alemán, y la escena se hubiera valido de subtítulos. ¿Hubiera estado menos claro las deducciones silábicas de la protagonista? Yo creo que no. Hubiéramos entendido perfectamente que está intentando aprender a leer.
Otro punto sólo parcialmente justificado. ¿Por qué la historia está planteada como los recuerdos del Michael-juez adulto revisionando su pasado; es más, ¿por qué nos muestran al personaje adulto con tanta insistencia? Si nos ponemos de abogados defensores, diremos que no es sólo una retórica "literaria" (de peli que quiere parecer literatura), sino que el conflicto principal del protagonista es el peso de su pasado... y paso al spoiler...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
...y que la historia trata sobre su intento de perdón hacia la mujer que, después de ser su primer amor y abandonarlo, resultó ser una carcelera nazi cómplice directa de la muerte de 600 mujeres quemadas en una iglesia. Pero no nos engañemos; si la historia se hubiera contado linealmente, ese conflicto hubiera estado igual de claro. Hacia el final hay un fundido final entre el Michael joven-estudiante en un tren y el Michael adulto-atormentado en otro tren, como treinta años después, como para recordarnos que uno y otro son el mismo personaje. El problema es que la historia no ha parado de insistir en esa asociación durante todo el metraje y hay que estar peor que ciego para no darse cuenta. Vuelve a ser un simple adorno formal, un adorno bastante academicista. Pero a lo que iba: ¿por qué esa insistencia en el Michael-actual mirando hacia su pasado? ¿No será que el motivo principal es que el actor principal de la función es Ralph Fiennes, que es la estrella, y hay que amortizar su presencia dosificando sus apariciones? Qué duro haber dejado su participación sólo para la media hora final del metraje. Me duele decirlo, porque Ralph Fiennes es un buen actor; no sé si tanto aquí como en otras películas, pero hay detalles de interpretación notables, de esfuerzo interpretativo; y para mi, más que en sus expresiones atormentadas, en, por ejemplo, la forma de andar o tratar los objetos en las primeras secuencias. Son las de alguien con una autodisciplina muy férrea. Pero que su presencia condicione la estructura misma de la película, es feo. Por otro lado, seguro que plantear la historia así no era para nada exigencia del actor.
Creo también que los hombros de David Kross son demasiado débiles para todo el peso que la película hace recaer sobre ellos. Aunque su esfuerzo es evidente.
Pese a todo, la historia es tan potente, que hay cosas que quedan. Una de las más impactantes es el gesto, absurdo y orgulloso hasta el infinito y más allá, de alguien dispuesto a sacrificar su libertad antes que reconocer en público su analfabetismo (aunque el peso de su culpa, se insinúa sabiamente, también está detrás; de hecho, la aparente frialdad y dureza con que la protagonista se comporta, desprecia aparentemente sus remordimientos, no es más que una particular de luchar contra ellos). Hay algo en el personaje de Hanna Schmitz que resulta realmente aterrador y al mismo tiempo admirable: su sinceridad durante el juicio. Es el mejor momento de la película, sin duda. El hecho de que explique con verdadera honestidad que dejó morir a 600 mujeres quemadas por un gesto de profesionalidad: porque era SU OBLIGACIÓN que no escaparan, y si hubiera abierto las puertas no hubiera podido retenerlas. Lo más aterrador del film está precisamente ahí; no tanto en el hecho de la muerte en sí, y en semejantes condiciones como, sobre todo, en la revelación de que semejante actitud se corresponde con una lógica coherente y sincera; con la lógica de alguien convencido de que, obrando así, ha cumplido con su deber. Esa sí que es una imagen realmente poderosa del nazismo; más allá del retrato de tropelías más o menos sádicas y brutales, da imagen de cómo una ideología entra realmente en la forma de pensar de las personas que caen bajo su yugo.
Y recordemos que los nazis no eran para nada genéticamente distintos de nosotros; o lo que es lo mismo, que si nos soltaran en la Alemania de 1920 y nos hicieran crecer en aquel ambiente, la inmensa mayoría de nosotros... hubiéramos sido nazis también. De hecho, no hay más que mirar ciertas cosas que pasan a nuestro alrededor nos recuerdan esto de forma constante. O deberían.
Creo también que los hombros de David Kross son demasiado débiles para todo el peso que la película hace recaer sobre ellos. Aunque su esfuerzo es evidente.
Pese a todo, la historia es tan potente, que hay cosas que quedan. Una de las más impactantes es el gesto, absurdo y orgulloso hasta el infinito y más allá, de alguien dispuesto a sacrificar su libertad antes que reconocer en público su analfabetismo (aunque el peso de su culpa, se insinúa sabiamente, también está detrás; de hecho, la aparente frialdad y dureza con que la protagonista se comporta, desprecia aparentemente sus remordimientos, no es más que una particular de luchar contra ellos). Hay algo en el personaje de Hanna Schmitz que resulta realmente aterrador y al mismo tiempo admirable: su sinceridad durante el juicio. Es el mejor momento de la película, sin duda. El hecho de que explique con verdadera honestidad que dejó morir a 600 mujeres quemadas por un gesto de profesionalidad: porque era SU OBLIGACIÓN que no escaparan, y si hubiera abierto las puertas no hubiera podido retenerlas. Lo más aterrador del film está precisamente ahí; no tanto en el hecho de la muerte en sí, y en semejantes condiciones como, sobre todo, en la revelación de que semejante actitud se corresponde con una lógica coherente y sincera; con la lógica de alguien convencido de que, obrando así, ha cumplido con su deber. Esa sí que es una imagen realmente poderosa del nazismo; más allá del retrato de tropelías más o menos sádicas y brutales, da imagen de cómo una ideología entra realmente en la forma de pensar de las personas que caen bajo su yugo.
Y recordemos que los nazis no eran para nada genéticamente distintos de nosotros; o lo que es lo mismo, que si nos soltaran en la Alemania de 1920 y nos hicieran crecer en aquel ambiente, la inmensa mayoría de nosotros... hubiéramos sido nazis también. De hecho, no hay más que mirar ciertas cosas que pasan a nuestro alrededor nos recuerdan esto de forma constante. O deberían.