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España España · Las Palmas
Voto de Oscar:
8
Drama Inspirada en la obra homónima del periodista y escritor Emilio Romero. Poco antes de la guerra Civil Española (1936-1939), un grupo de amigos falangistas sueñan con una revolución que transforme España y se dedican a difundir sus ideas entre la población. Al estallar la guerra, uno de ellos, López (Marsillach), está a punto de morir fusilado, pero salva la vida gracias a un republicano. A continuación, se une al bando nacional. Al ... [+]
22 de junio de 2020
10 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos ante una de las mejores películas que han reflejado la contienda civil española en el cine. Su éxito y solidez vienen en que se basa en una gran novela del mismo título escrita por uno de los maestros del periodismo, Emilio Romero, y por la cual recibió el premio Planeta en 1957.

Otro de los condicionantes del éxito de esta película radica en su espectacular reparto con grandes de los mejores intérpretes de nuestro cine: Adolfo Marsillach, Jesús Puente, Carlos Casaravilla, Concha Velasco… Todos dirigidos con la mano maestra de uno de los directores injustamente olvidados como es León Klimovsky
Curiosamente Marsillach y Puente volvieran a demostrar la química de talento que desprenden ambos en la obra maestra “Sesión Contiua”, la gran película sobre la cinefilia.

Esta película es una adaptación fiel de la novela y básicamente es una visión del conflicto y sus consecuencias. Una reflexión sobre aquellos jóvenes idealistas que querín luchar por la paz, la justicia y el pan para todos, pero que acabada la guerra sienten la decepción en muchos aspectos porque ellos tenían una aspiración de integrar a todos.
En este sentido, es una película, que adelantada a su tiempo, tenía un discurso de reconciliación de una guerra entre hermanos, cuando uno de ellos afirma: “en el fondo, ellos también buscan lo mismo que nosotros, la paz, la justicia…”

Siguiendo una fluidez narrativa que atrapa al espectador, la película se divide en tres partes:
La primera ambientada en 1936 donde se va reflejando los acontecimientos históricos de un clima de violencia y persecución con la quema de templos e iglesias, el asesinato a sacerdotes y personas de ideologías distintas a las imperantes.

La segunda parte pertenece propiamente a la guerra como consecuencia al anterior clima de violencia que ya se hacía insoportable y estalla la contienda fratricida. En esta parte se emplean imágenes documentales reales, lo que dota a la película de un realismo muy efectivo.

Y la tercera parte de la película, para mí la mejor, es la que acontece a finales de los años 40 y es propia al cine noir y de espionajes. Se desarrolla el tema de los maquis, un tema nunca tratado en el cine de la época o tratado muy al soslayo por películas como “Dos caminos” o “Torrepartida”. En esta parte de la película se ve esa insólita mezcla de géneros: toques de melodrama, carcelario, noir, espionaje… Todo un deleite muy bien ensartado.

La película constituye toda una reflexión sobre las consecuencias de una guerra en la que luego nunca empieza la paz porque sus consecuencias son interminables. El maestro del periodismo español Emilio Romero, autor de la novela, lo iría desarrollando en sus muchos libros, donde afirma la tesis de que aún hoy y a pesar de los 80 años de paz conseguidos, por culpa de muchos partidos revanchistas, la paz empieza nunca porque no la dejan fraguar, no la dejan cuajar. Cuando por fin se hizo una apuesta decidida por la amnistía mutua y por no volvernos a tirar en cara los delitos de los unos ni de los otros, para muchos partidos nuevos irresponsables que han dinamitado esa gran apuesta de amnistía, perdón y reconciliación y vuelto a fomentar el rencor, el odio, el revanchismo. Por ello, vista hoy esta película cobra una actualidad inusitada, porque podemos afirmar junto con el protagonista, que después de una guerra entre hermanos, la paz empieza nunca…
Oscar
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