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España España · Las Palmas
Voto de Oscar:
6
Drama Los Rivero se van de vacaciones, dejando en Madrid a su hija Ana (Brondo), que está preparando oposiciones, y al abuelo Ricardo (Manuel Alexandre), al que llevan a una residencia. Allí, Ricardo, se hará muy pronto amigo de Andrés (López Vázquez), su compañero de habitación. Juntos evocarán tiernos y divertidos episodios de su juventud. Pero, a medida que pasa el verano, el mal de Alzheimer acechará cada vez más a Ricardo. (FILMAFFINITY)
19 de octubre de 2007
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fui a ver esta película porque me habían hablado muy bien de ella y porque Antonio Mercero siempre es garantía de calidad. Pero lo cierto es que esta película no terminó de estar a la altura de sus expectativas, y eso que tenía todos los ingredientes parta ser una buena película; buenos actores, una buena historia, buen tema y un buen director. Pero quizá el error está desde el principio en como está contada la historia, en el guión, que no termina de encajar

Otro elemento que perjudicó mucho a la película es la música, tiene una banda sonora que no va con la historia, parece que va por otro lado. A esta historia le hubiese ido mejor una música más sentimental, más entrañable. Porque por ejemplo en aquellas escenas claves que estaban preparadas para emocionar al público, pero no lo consiguen del todo por culpa de esa siniestra música que hecha a perder la intensidad de la escena. Otro elemento que no va y que es un error de guión es esa historia de amor entre el médico y la nieta del protagonista. Como bien ha dicho alguien por aquí es una historia metida a calzador, que no fluye con naturalidad, sino que queda mal porque se nota mucho que está metida al trancazo y para rellenar.

Pero fuera de estos elementos técnicos, evidentemente lo mejor de la película es el mensaje que intenta transmitir, esa concienciación de la trágica enfermedad del alzehimer. Se retrata muy bien esa tragedia que no solo sufre el enfermo, sino los familiares, cuando ven que el ser querido ya no les reconoce. Quizá el momento más duro de la enfermedad.

Si por algo vale la pena ir al ver la película es por la llamada de atención que nos hace para sensibilizarnos con esta realidad frente a esta sociedad egoísta e individualista que intenta eliminar todo lo que estorba para su hedonismo. Sin valorar a nuestros mayores, todo un caudal de sabiduría y experiencia, y a los cuales cuando les llega la vejez necesitan tanto de nosotros y podemos hacerles felices con tan poco, a veces con tan solo escucharlos, aunque sea la misma historia de siempre, porque cuando nos dedicamos un poco a ellos, recibimos más felicidad que la engañosa que nos da el individualismo que intenta imponerse.
Oscar
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