Voy a disentir de la crítica especializada. No suelo hacerlo la verdad. Pero en este caso me ha llamado la atención la diferencia entre lo que yo he visto y lo que han visto los demás. Llegué a The First sin excesivas pretensiones. No me gusta Sean Penn y la historia de Marte me parecía un poco manida. Tal vez, el hecho de no esperar demasiado o no llegar con la obsesión de encontrarme naves por todas partes y escenas de efectos especiales, hizo que me atrapara desde el primer episodio. Notable fotografía. Notable banda sonara. Una puesta en escena espectacular. Diseño de producción brillante. Y unos actores que están sublimes, no solo Penn, sino especialmente el elenco femenino. No es una historia de ciencia ficción. Es una historia real de lo que supone un salto espacial, del esfuerzo, la valentía y el sacrificio de sus protagonista. También es una historia inacabada. Y es una lástima porque estaba deseando saber qué ocurría durante el viaje y la llegada a Marte. Creo que la serie tenía grandes posibilidades. Vivimos en un tiempo en el que la inmediatez es importante. Lo queremos todo y lo queremos ya. The First te ofrece la excelencia de una producción espectacular en pequeñas dosis. No esta hecha para púberes ni para aquellos que buscan la satisfacción al instante. A The First se viene a pensar, a admirar, a contemplar el futuro de una manera que nos permita reflexionar sobre las pasiones humanas, sus debilidades, su absoluta y hermosa complejidad.