Voy a intentar ser lo más objetivo posible. Digo esto porque Seth Rogen es un tío que me cae fenomenal. Es la clase de colega que uno quiere tener siempre al lado. Me gusta tanto que hasta le perdonaría lo de Green Hornet (Michel Gondry, 2011). Rogen ha cogido el relevo de Judd Apatow (aquí en la sombra) con su propia productora Point Grey Pictures, y con esta Malditos Vecinos casi roza la matrícula de honor en cuanto a comedia gruesa se refiere. La peli dirigida por Nicholas Stoller se encarama a la cima de la carcajada, siendo más regular en cuanto a esto de hacer partirse el pecho a los espectadores que anteriores obras del género. La peli aguanta el tono durante la poco más de hora y media que dura. Seth Rogen está como siempre, pero sus compis de reparto, sorprendentemente, no le van a la zaga. Rose Byrne pone el punto caótico-contenido necesario y Zack Efron se destapa como un actor realmente válido para la ‘comediota’. Y lo hace aprovechando la baza que le brinda su carrocería. Reírse de su apariencia de guapetón sin cerebro (el contrapunto de su historia universitaria es un puntazo a su favor) le da los argumentos necesarios para no chirriar. Lo mismo intenta Dave Franco, más experimentado en comedias gruesas (Supersalidos, p. ej.), y sin embargo por debajo del nivel del (repito) sorprendente Zack. Luego están los gregarios, siempre imprescindibles; secundarios con peso específico para esto de hacer carcajear al prójimo, como Christopher Mintz-Plasse (inolvidable Hijoputa de la doulogía Kick-Ass) o el (no) matrimonio en la ficción formado por Ike Barinholtz y Carla Gallo, esta última protagoniza, para mi, uno de los gags mejores y más bestias de la peli.
En definitiva, puede que para algunos, ciertas escenas salten la línea entre lo gracioso y el mal gusto. Personalmente, para mí no. Pero a mi Movie 43 me parece la mejor comedia realizada en años… Junto a esta.

ME GUSTÓ: Muchos, muchos, muchos gags y muchas situaciones. La escena de la “gargantilla” de Paula, los airbags, la fiesta de De Niros…
NO ME GUSTÓ: Pasa poco, pero el guión pierde el norte en algún momento y se vuelve confuso.