Se parodia la tele, las serie de los 70, sobre todo Hospital General, que estuvo una pila de años; sus actores, sus espectadores.

Se ríe con el transformismo de un tipo feúcho como Hoffman, su arte sin igual al convertirse en una mujer singular y convencional a la vez (desde luego hay que verla en VO). Hay drama en el denodado esfuerzo de conseguir trabajo como sea, en la soledad y la búsqueda del amor; hay belleza de muy variado estilo: Lange, Garr, Davis, tres mujeres sumamente atractivas, cada una a su manera... Y sobre todo hay un guión trepidante, brillante, que oscila perfectamente entre la sonrisa, la carcajada y el costumbrismo que tanto gusta a Pollack, quien además se permite una interesante colaboración como actor, algo que le gustaba hacer a menudo.

La comedia nunca ha sido bien vista. Es como si nos diera vergüenza la capacidad de reír, de todo, incluidos nosotros mismos con nuestras debilidades y nuestros prejuicios. Ya en tiempos de los griegos, mientras se vanagloriaba a los trágicos geniales Sófocles y Eurípides, Aristófanes se encargó de pasar sus dramones por la batidora de la risa, pero hoy en los exámenes te ponen a los trágicos, nunca al comediógrafo. ¿Dónde está el Oscar a la mejor comedia al mejor cómico? Pues, bueno, la excepción hace la regla, este pequeño judío trabajador como él solo gano 4 o 5 estatuillas y una fue por esta Tootsie magistral que crearon entre él y Pollack.