Haz click aquí para copiar la URL
España España · Madrid
Voto de horacio:
10
Cine negro. Thriller Jim Wilson es un policía violento, amargado por la contemplación diaria del mundo del crimen. Su carácter hosco y sus métodos expeditivos para capturar sospechosos le crean constantes conflictos con colegas y superiores. Finalmente, para alejarlo de la ciudad durante un tiempo, le encomiendan un caso de asesinato en una lejana región montañosa. Una vez allí, su personalidad dará un giro imprevisto, debido, por una parte, a su relación ... [+]
1 de noviembre de 2009
13 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nunca Nicholas Ray logró tanto: parece una creación artesana, de las compuestas con amor e insomnio, con sudor, lágrimas y éxtasis.

La puesta en escena ya destaca no más empezar, con la presentación individual del grupo de policías, y ya hasta el final no para de sorprender gratamente, y emocionar con intensidad.

Admirable Robert Ryan y su habitual máscara de hombre duro, esta vez con una variedad de registros muy superior con una temible expresión de tipo atormentado que odia el mundo y su transformación posterior en unas situaciones nada trilladas.

Todo está mimado hasta el mínimo detalle. Hay dos películas en una y un epílogo: con gran capacidad de síntesis en la acción y en el suspense. La segunda empieza con la voz afónica, rota de una mujer que no vemos; cuando se exhibe de cuerpo entero es Ida Lupino en su mayor creación. A lo largo de su carrera tiene muy buenos trabajos, fue una mujer increíblemente activa en un mundo de hombres como actriz, productora, directora de cine y realizadora de televisión, pero la composición que realiza aquí tiene una riqueza excepcional, le imprime una tensión muy especial que acompaña con un cuerpo esmirriado, casi de chico, sin caderas ni trasero, apenas pechos y esos rasgos de pobre chica con escaso toque de belleza. Con todo esto unido, su capacidad de seducción no puede ser mayor, fusionando vulnerabilidad con fortaleza superior.

Menudo trío de ases, Nicholas Ray, un director al que siempre le costó mucho abrirse camino con el viento en contra de los grandes estudios, Robert Ryan e Ida Lupino forjando en sólo veinticinco minutos de película una pareja rompedora, con diálogos precisos en situaciones cargadas de tensión. Además, Ed Begley y Ward Bond en dos secundarios de lujo imprescindibles para dar la dimensión precisa de este romántico thriller bien nutrido de nobles emociones con una fotografía impresionante y una estupenda banda sonora de Bernard Herrman.
horacio
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow