Notable la realización, el pulso narrativo desde el punto de vista eminentemente cinematográfico con elementos técnicos de alta calidad en la iluminación, el vestuario, la ambientación paisajística y la escenografía. Pero las interpretaciones, los diálogos, las situaciones saben a algo mil veces visto, poco o nada verosímil (el personaje de Pataky tiene momentos de risa, excepto donde ella luce su sorprendente, increíble belleza física... exenta de emoción).
En el mejor de los casos recuerda el antiguo cine de terror con Vincent Price-Peter Cushing-Christopher Lee... pero al final sabe a poco. Y es una pena porque el material es riquísimo. Sobre tema similar ocurrido en Galicia, Pedro Olea hizo una película formidable con un extraordinario José Luis López Vázquez: El bosque del lobo.