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Voto de horacio:
10
6,4
1.133
Thriller. Drama
Inspirada en "Gloria" de John Cassavetes, la película se centra en Julia (Tilda Swinton), una mujer de 40 años, alcohólica, manipuladora, desconfiada y mentirosa. Entre vodkas, Julia sobrevive con trabajos con los que gana una miseria. A pesar de su soledad, mantiene una buena relación con Mitch, un antiguo novio que procura ayudarla. Pero Julia ignora sus esfuerzos. Presionada por la desesperación y la necesidad económica, se ve ... [+]
7 de abril de 2010
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ignorante de que el director arrastraba la inspiración de Gloria, aquella maravilla de Cassavetes-Gena Rowlands (1980), a lo largo de todo el metraje me perseguía el recuerdo sin molestarme, descubriendo que tras aquellos pasos aquí había otro descubrimiento: una noble revelación lícita con un lenguaje propio, feliz heredera de aquellos maestros.
Es que Érick Zonca tiene una voz propia, un estilo poscassavetiano de emocionantes vibraciones, con ricos personajes y brillantes situaciones: en la espiral trepidante de una peli de acción, una sucesión de magníficas elipsis (nada se explica, todo fluye de un modo eficaz sin perder en ningún momento la menor tensión) rumbo a un estupendo final muy bien pensado y mejor realizado.
A la cabeza del invento la extraordinaria actriz Tilda Swinton (Michael Clinton, por ejemplo), quien, como en su momento Gena Rowlands, logra crear el perfil de una mujer compleja, que repele y seduce con armas nuevas.
Aquella Gloria magistral tuvo una versión más floja dirigida por el gran Sidney Lumet con Sharon Stone (1999): no funcionó, le sobraba técnica pero le faltaba garra.
Pero aquí no hay remake, hay clara inspiración, conmovedora influencia para contar una historia con muchos puntos en contacto pero un corazón insólito: esta Julia-Swinton arranca mucho más arriba, en lo más alto de la montaña rusa y luego sigue subiendo en un más difícil todavía del que en ningún momento quise apearme: toda una creación digna de asombro y admiración, ya que la mitad de la película la presenta como un ser detestable y a la vez siempre interesante con gran capacidad para sorprendernos.
Mención aparte para los dobleces del personaje que, en manos de las transiciones tan eficaces del director, encuentran en Tilda Swinton un sorprendente talento interpretativo: con qué facilidad aparente pasa de encarar borracheras espantosas, alegrías exorbitantes, dramas lacerantes, ternura a raudales, encantadora sensualidad a una sexualidad desbordante, rumbo al descubrimiento de lo que de verdad necesita en ese mar de emociones encontradas.
La seguimos durante un largo metraje de dos horas, veinte minutos, en una aventura sin desmayos que uno no quiere que termine. Al menos me ha sucedido a mí, que me he encontrado de pronto y sin noticias previas con un trhiller excelente, bien templado en todos los aspectos, con excelentes actores para todos los papeles y una banda sonora basada casi siempre en ruidos ambientales muy bien logrados.
Es que Érick Zonca tiene una voz propia, un estilo poscassavetiano de emocionantes vibraciones, con ricos personajes y brillantes situaciones: en la espiral trepidante de una peli de acción, una sucesión de magníficas elipsis (nada se explica, todo fluye de un modo eficaz sin perder en ningún momento la menor tensión) rumbo a un estupendo final muy bien pensado y mejor realizado.
A la cabeza del invento la extraordinaria actriz Tilda Swinton (Michael Clinton, por ejemplo), quien, como en su momento Gena Rowlands, logra crear el perfil de una mujer compleja, que repele y seduce con armas nuevas.
Aquella Gloria magistral tuvo una versión más floja dirigida por el gran Sidney Lumet con Sharon Stone (1999): no funcionó, le sobraba técnica pero le faltaba garra.
Pero aquí no hay remake, hay clara inspiración, conmovedora influencia para contar una historia con muchos puntos en contacto pero un corazón insólito: esta Julia-Swinton arranca mucho más arriba, en lo más alto de la montaña rusa y luego sigue subiendo en un más difícil todavía del que en ningún momento quise apearme: toda una creación digna de asombro y admiración, ya que la mitad de la película la presenta como un ser detestable y a la vez siempre interesante con gran capacidad para sorprendernos.
Mención aparte para los dobleces del personaje que, en manos de las transiciones tan eficaces del director, encuentran en Tilda Swinton un sorprendente talento interpretativo: con qué facilidad aparente pasa de encarar borracheras espantosas, alegrías exorbitantes, dramas lacerantes, ternura a raudales, encantadora sensualidad a una sexualidad desbordante, rumbo al descubrimiento de lo que de verdad necesita en ese mar de emociones encontradas.
La seguimos durante un largo metraje de dos horas, veinte minutos, en una aventura sin desmayos que uno no quiere que termine. Al menos me ha sucedido a mí, que me he encontrado de pronto y sin noticias previas con un trhiller excelente, bien templado en todos los aspectos, con excelentes actores para todos los papeles y una banda sonora basada casi siempre en ruidos ambientales muy bien logrados.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Hay bastantes elementos en el argumento que superan la riqueza de Gloria, y la más importante es que Julia parte de una doble personalidad: una mujer seductora y muy libre sexualmente bajo altas dosis de alcohol y en la realidad un ser anulado, incapaz de sostenerse, incapaz de amar y de aceptar el amor incondicional de su amigo. A partir de aquí, todo su periplo descabellado adquiere la grandeza de las tragedias griegas: un viaje al infierno en el que el personaje se ha demostrado valiente, temerario, a veces muy canalla... para finalmente comprender que la esencia de lo que busca está en el abrazo final al niño al que quiere proteger y ningún interés por el dinero que parecía ser su único móvil. Aunque le toque ir a la cárcel o a la pena de muerte por el delito más penado del mundo: el secuestro de un niño.