"Following" es el debut del genial director Christopher Nolan. Y su primera película, rodada con escasísimos medios y en un gran blanco y negro, es tan excelente como la gran mayoría de sus películas.

Resulta ser un thriller perfecto, inteligente y sorprendente. No hace mucha falta decir entretenido, pues dura 70 minutos, por lo que es muy cómodo de visionar casi a cualquier hora, como si de un corto se tratase.

El guión es fortísimo. Realmente estupendo. Empieza atrayente de por sí, presentando la/las historia/historias de una manera maestra. Y a pesar de que varios momentos se contraponen en jugetones (pero para nada tramposos o facilones) saltos en el tiempo, la espectacular tela de araña que te atrapa desde el principio no te lía para nada. De hecho, te atrapa más y más, viendo cómo las piezas de la escena anterior encajan en la posterior, o incluso al contrario. Por cierto, siempre cada resolución o cada escape de tensión siempre es inteligente (cuando la dueña del apartamento encuentra al protagonista "Bill" y al señor Cobb dentro de su casa, ver la razón que el último alega para estar allí). Cada giro sorprendente que surge en la narración funciona y te deja con ganas de más. Y el desenlace de la historia es sencillamente impresionante y sorprendente. Uno de los mejores finales de Nolan, sin bromear (ver la cara de descolocado que se le queda al protagonista ¡y a nosotros!, y la última imagen de todas es para el recuerdo).

La música es excelente, tensa y sugerente y acorde con lo que ocurre en pantalla. Los actores están geniales, el trío protagonista demuestra con sus interpretaciones que Nolan realmente sabe escoger bien y dirigir mejor. Y como dije antes, el blanco y negro para la historia es una decisión perfecta. Tan perfecta como la película.

Tened cuidado cuando sigaís a alguien. Nolan nos lo advierte.