Por fin he terminado de ver las seis temporadas de esta serie, y digo por fin no porque estuviera cansado sino porque terminar una serie tan larga, con tantos capítulos, algunos muy intensos, siempre es motivo de satisfacción.
Esta serie es muy interesante y recomendable por muchos motivos, los guiones son fantásticos, las interpretaciones magníficas y su narrativa muy original, con continuos flash back que a veces acompañan en paralelo a la historia y otras veces se superponen a ella logrando momentos muy inspirados. En cuanto a la trama como ya se ha dicho, se trata de la historia de una familia, los Pearson, a lo largo de los años y es un fiel reflejo de la sociedad en general, desarrollando temas como la amistad, el compañerismo, la niñez, la adolescencia, el racismo, la vejez, la muerte, la sexualidad, la rivalidad entre hermanos, el matrimonio y otros muchos mas a los que nos tenemos que enfrentar todos los días, logrando momentos de gran carga emotiva muy bien resueltos por los guionistas.
Resulta fácil pues empatizar con los protagonistas y vivir sus andanzas como si fueran nuestras, alegrándonos, riendo o llorando con ellos y recordando episodios de nuestra vida similares.
Una gran historia pues, muy bien contada, que engancha, hasta aquí todo perfecto. Pero...
Pero la serie tiene un gran hándicap, que es una serie muy americana y toda ella está impregnada de ese mensaje subliminal , del "gran sueño americano" donde no importa que seas blanco, negro, de clase baja o alta, pero tendrás tus oportunidades. Y una moraleja moralista todavía mas potente, si eres buena persona y te adaptas al sistema, al final tendrás tu recompensa.
Y es una pena, porque los temas que toca son tan universales que merecían un enfoque mas realista y mas alejados del melodrama para hacerlos todavía mas creíbles.
Los Pearson terminan siendo la familia perfecta americana, pero todos sabemos que lamentablemente las cosas no siempre suceden así y la mayoría no tienen la vida que merecen.