Obra maestra apabullante, así sin más.
La factura técnica, el montaje de sonido, la excelsa fotografía, rodarla por completo en IMAX a 70 mm, la banda sonora de Ludwig Göransson y las soberbias interpretaciones ya hacen que al menos, merezca un 7,5 como nota base. Ya sabemos que a Nolan se le odia, porque claro ser director de culto y a la vez taquillero no cuadra bien con la envidia humana, lo normal es que a un director de culto lo vean cuatro snobs para que sea exclusivo y que si tiene éxito no puede ser tan bueno, para que su cine sea fácilmente masticable por la masa. Hitchcock y Kubrick ya vivieron eso y si, con el tiempo, reciben el lugar que merecen.
Oppenheimer es ante todo cine clásico y negro, guión, diálogos, contraplanos, un montaje acoplado frenéticamente a la música y un uso del espacio tiempo magistral. El juego de la fusión/fisión de los átomos en las interrelaciones de los personajes es fascinante. Cillian Murphy es sublime, él es la película y te hace sentirla y experimentarla no solo con él sino dentro de él, es Oppenheimer por dentro y por fuera de sus penetrantes ojos azules.
Poco que decir de esta película colosal, solo que el odio generalizado a Nolan y el hecho de su espectacular taquilla y que se haya estrenado unos cuantos meses antes de la entrega de premios, no lastren el reconocimiento que Nolan se merece.