Si tu retoño no hace otra cosa que sacar dieces en el colegio y un día te entrega las notas llenas de seises y sietes probablemente le des un pequeño toque de atención porque sabes que puede dar mas de si. Eso es lo que ha pasado con Clint Eastwood en esta película. Muchos sabemos lo que este autor es capaz de hacer, y su último trabajo no me ha terminado de convencer. No porque no sea una gran película, pero él es capaz de hacerlo mejor. Estos últimos años como director nos ha dado auténticas joyas como “Million Dollar Baby”, “Sin perdón” o “Mystic River”, y ésta se encuentra algún escalón más por debajo. No tiene tanta profundidad como las anteriormente mencionadas, cae en algunos tópicos e incluso es algo predecible.

Aún así en mi opinión este film tiene más cosas buenas que malas. Da gusto sumergirse en ese aire majestuoso a la vez que sencillo que respiran sus obras y participar de sus reflexiones.

Pero lo mejor de esta película es el papel de Clint, con el que os aseguro que sobre todo sus devotos vamos a disfrutar lo que no está escrito. No tiene precio ver en pantalla a esta leyenda en vida dar una lección de lo que es carisma. En esta ocasión interpreta a un ex militar cascarrabias que se pasa el día refunfuñando mientras ve como los “chinos” (entiéndase como orientales en general) como contra los que luchó en la guerra y demás “chusma” (a su ver) en algunos casos formando bandas callejeras “invaden” lo que en su día fue el barrio del “perfecto americano”.

Para los fans no será difícil encontrar guiños a algunos de sus más aclamados personajes. En ese mismo personaje podremos detectar a lo largo de la cinta a Josey Wales (El fuera de la ley), William Munny (Sin perdón), El sargento de hierro, Frankie Dunn (Million Dollar Baby) y a el que está sin duda más presente: Harry Callahan (saga Harry el sucio), eso sí, con las variaciones que impone la edad y la sociedad actual. Incluso está presente el Ford Gran Torino que ya condujo Callahan.

En fin, una buena historia que se cuenta como excusa para hacer repaso de la carrera de este monstruo del cine en su última película delante de las cámaras.

Afortunadamente seguirá su labor como director, y esperemos que esta despedida como actor al menos le sirva para le de tiempo a contarnos aún más historias. Da la sensación de siempre le va a quedar poco tiempo en este mundo para contarnos todo lo que querría.

Señor Eastwood, permanezca mucho tiempo entre nosotros para seguir siendo lo que ya es: el último gran director clásico vivo.