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España España · Murcia
Voto de pasota:
3
Drama Obsesionado con la búsqueda de una idea matemática original, el brillante estudiante John Forbes Nash (Russell Crowe) llega a Princeton en 1947 para realizar sus estudios de postgrado. Es un muchacho extraño y solitario, al que sólo comprende su compañero de cuarto (Paul Bettany). Por fin, Nash esboza una revolucionaria teoría y consigue una plaza de profesor en el MIT. Alicia Lardé (Jennifer Connelly), una de sus alumnas, lo deja ... [+]
4 de junio de 2010
10 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
El tiempo, implacable juez de la humanidad, es también un buen crítico de cine y con los años su constante labor suele acabar separando el grano de la paja en el mundo del celuloide. Como dice una de las críticas, esta película ha sido totalmente relegada al olvido y eso que triunfó en la gran gala de los actores que interpretan a discapacitados antes conocida como Oscars.

¿Qué puedo decir de este "truño"? La ví hace ya nueve años pero por desgracia incrustó imborrables y desagradables recuerdos en mi cerebelo. El guión es de chichinabo, más simplón imposible, a los veinte minutos ya sabes lo que va a pasar y cómo va a acabar, pero lo que de verdad no le perdono son sus niveles de "pastelosidad" realmente insoportables. La interpretación de la chica es irritante y Russell Crowe, repeinado a lo "nerd" y con esas gafas de "atrezzo" no se lo cree ni él, desde luego no podían haber elegido peor al actor protagonista. Todo ello aderezado con una pésima fotografía, el color rayando el "kitsch" y los decorados fallando totalmente al recrear la década de los cincuenta y eso que estamos delante de una super-producción (véase "Mad Men" para saber lo que es una ambientación magistral). Si alguien ha leido algo sobre Nash, sabe que prácticamente tres cuartas partes de la película, por no decir toda, son pura mentira, la vida del premio Nobel fue mucho más desgraciada y su esquizofrenia mucho más aguda. Bueno, realmente lo que se muestra aquí no es un esquizofrenia, es una enfermedad mental inexistente inventada por el guionista. Hay que ver como la esquizofrenia "made in Hollywood" puede llegar a ser realmente entretenida. Lo único que se salva, Ed Harris, tan sobrio y profesional como siempre, un gran actor. Muy mal Ronnie, para esto mejor haz "Willow 2" antes de que se pase la moda de los "revivals" ochenteros, aunque bien pensado quédate quietecito porque últimamente vas de "truño" en "truño" y tiro porque me toca.
pasota
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