Creo que es una magnífica película. Nos cuenta el terrible drama de las mujeres, doblemente víctimas de una posguerra en la que ignoran el destino de sus maridos e hijos y padecen, encima, el peso de una tradición arcaica que les impide alimentar a los niños y ancianos a su cargo, condenando a todos al hambre y la miseria.

Una lección de coraje y de amor, narrada sin estridencias, huyendo de la lágrima fácil, en un tono contenido y muy eficaz, con el metraje justo. Ni le sobra ni le falta un sólo fotograma. Una lección de buen cine, que merece más difusión.

Es una lástima que apenas esté teniendo distribución en salas y que películas sin alma y sin contenido lleven, en cambio, semanas y meses de exhibición.

Pero la recomiendo encarecidamente. Intentad verla como sea.