La esencia del filme indudablemente es fascinante, el dilema y la problemática que aborda sumamente interesante, es por ello que se deviene polémico y controvertido rápidamente. Temas nucleares de la metafísica y la axiología tales como el libre albedrío, el bien y el mal, etc. propagan indefectiblemente inquietud y desasosiego, si éstos son observados desde el punto de vista de la ciencia político-criminal, la historia se convierte inmediatamente en irresistible.

No obstante, no todo son aciertos en la película, si bien su base es atinada, su puesta en escena es cuanto menos desconcertante. La recreación de los ambientes, la caracterización, indumentaria, decoración... es espeluznante, totalmente excéntrica y estrafalaria, lo que supone que el film se devenga extraño, pesado y horripilante, crea un fatiga que se arrastra hasta el final, convirtiendo la cinta en un suplicio y arruinando la originalidad de la idea.

Por último, mencionar que los personajes son los indicados, se integran perfectamente en la historia y se adecuan exactamente al molde. A pesar de ello, y a sabiendas de su intencional exageración de rasgos, esta característica continua estando demasiado sobredimensionada, lo cual le resta encanto al filme. Por el contrario, destacar que la banda sonora si es un acierto rotundo y así debe ser afirmado, sin cortapisas, de forma tajante.

Finalmente a modo de síntesis, se podría concluir afirmando que el fondo es sobresaliente, aunque la forma lo desvirtue por completo.