El ser humano utiliza la comparación para asimilar aquellas cosas nuevas que aprende, a veces con resultados desiguales.
La primera sensación que tuve al ver esta película (no la elegí yo, fui invitado por otra persona) era preguntarle ¿De qué año es? No me sonaba que Owen Wilson hubiera trabajado con Allen en 2014. Ni que, a pesar del repertorio, fuera una película muy moderna.Tenía toda la pinta de ser una comedia mordaz e irónica marca del longevo director, de hace unos años, que a lo mejor se había perdido por sus polémicas judiciales.
Desde luego, no lo es. Si bien conserva rasgos del director neoyorquino (sobretodo en la primera mitad), Bogdanovich nos presenta un film incluso más retorcido, donde ese humor neurótico se entrelaza con una trama de enredo bien cosida.
En cuanto al reparto coral, el grupo resulta creíble, si bien Rhys Ifans o el propio Wilson exageran su faceta más gamberra, hasta el punto de parecer una parodia de algunos de sus roles más famosos en otras películas (como Nothing Hill). Pero es parte del encanto del conjunto, el hacer una historia creíble tan surrealista como sus protagonistas se muestran en ciertas situaciones.

En definitiva, entretenida y bien realizada, un trabajo muy digno que cierra el ciclo de largometrajes de un director al que no olvidaremos, que siempre tuvo su buen hacer en todo lo fundamental para realizar buenas películas. Un gran abrazo, Peter.

PD: A tu compañero Woody Allen seguro que le gustó este film y le hubiera gustado hacerlo así de bien.