Pocos filmes han calado hasta un punto de gozo supremo en mi sexualidad como la maravillosa 'Nekromantik' 2. Tras las abrumadoras secuencias de sexo necromántico se haya una profunda criítica al marxismo. Los valores idealistas quedan difuminados en los putrefactos cadáveres y el profundo rigor sectario comunista acaba siendo violando analmente por los gusanos.

La metáfora impregna la obra como las ranas el paraiso terrenal de los valores intrínsecos del pensamiento racional. Sencillamente, una magistral crítica al cristianismo se haya también en la secuela de la maravillosa 'Necomanik' donde la moralina es borrada y el arquetipo de la bondad eleva a un dios devorador de cadáveres.

Es en el paragón cristiano-comunista donde la veracidad se descarna y aparece el arte salvaje. Una pieza habida de permanecer en la eternidad.

Óiganme en twitter si le apetece debatir sobre la debacle ideológica o mándenme un privado.

@JorgeCalopez