Ridley Scott ha dotado a la película de una puesta en escena magnífica, por un lado por los diseños de las naves, trajes espaciales, vehículos etc, pero sobre todo por los parajes naturales en los que se recrea, en especial al comienzo del film, tanto es así que incluso llegan a molestar los títulos de crédito iniciales, como si fueran una mancha en un bello cuadro.

En cuanto al guión... adolece de facilón en algunos momentos, cansa ver a tipos que se supone que son científicos de élite, cometiendo fallos de seguridad e higiene, propios de soldados borrachos. Tambien mosquea lo planos que son los personajes, algo que ya era típico de la saga de alien, pero teniendo en cuenta el sentido místico del film y que en realidad no es una película de terror o acción, esperaba algo más elaborado en este sentido. Aún así, algunos detalles puntuales (como la escena del comienzo o el final), lo salvan, y mantienen el interés a lo largo de la película.

En cuanto a los personajes, la protagonista aunque correcta, no le llega ni a la suela del zapato a nuestra querida teniente Ripley, y al final su protagonismo le es arrebatado por un Michael Fassbender, que hace un magnífico trabajo como androide. El resto de las actuaciones son decentes, pero olvidables.

En definitivas cuentas, merece la pena verla, se nota que hay una gran dedicación tras la producción del film, pero podría haber estado mucho mejor.