Tras visionar esta segunda entrega de Insidious (la última película de terror al parecer que será dirigida por Wan) puedo decir que me ha dejado muy buen sabor de boca. No es una simple continuación, y de hecho puede verse y entenderse perfectamente sin haber visto la primera parte. El ambiente escalofriante y de terror es superior al de su predecesora, y ahí es dónde podemos vislumbrar la madurez del director. Sigue con la misma tónica de siempre (denostada por muchos o unos cuantos) de incorporar elementos de otros filmes: Al Final de la Escalera (1980), Aullidos (1981), Expediente Warren (2013) - se copia a sí mismo - Silencio desde el Mal (2007) -con el tema de los muñecos- , Los otros (2001), etc etc Pero Wan es genial y saber combinar y "cocinar" perfectamente todos estos ingredientes.
Lo que creo no ha sabido encajar muy bien es la trama que es tan ambiciosa que parece un collage más que un hilo conductor sencillo (como sí lo es en la primera parte), eso para mí es un punto débil. El final, aunque imprevisible, me parece forzado.
El terror de Wan es visceral, volátil y sobre todo marcado por un cierto optimismo que hace de contrabalance al shock producido. El terror japonés es sencillo, sombrío lánguido y muy muy pesimista. la maldición no puede ser contrarrestada. En las historias de Wan, siempre hay un cierre de página que hace que el miedo se te quede en la sala de cine. En fin, es una diferencia que he podido percibir con respecto a un género que salvó los 90' y la primera década de este siglo de la bancarrota total.
En definitiva, un 7/10, un notable filme de esta segunda década del s. XXI, de un gran maestro que esperemos vuelva al terror.