En ésto de criticar pelis, hay un par de etiquetas que siempre me resultan bastante ridículas. Una de ellas es "crepuscular", otra es "lúcida". Hay otras bastante comunes ("meritoria" y "fallida" también son muy recurridas). De todas, una de las más absurdas es "vigente". Al hilo de ésto, siempre recuerdo a un profesor de la universidad que decía que llamar "hombre de su tiempo" a, pongamos, Aristóteles, resulta siempre ridículo... Lógico coño, de qué tiempo iba a ser Aristóteles sino del suyo. El caso es que éste adjetivo cobra todo su sentido si lo aplicamos a éste pequeño tesoro escondido del cine patrio que es "Los autonómicos", obra de un José María Gutiérrez Santos que empezó colaborando con un Mario (Vargas Llosa) y acabó con un Mariano (Ozores), un auténtico ejemplo de coherencia y honestidad viendo las trayectorias políticas y creativas de ambos. Vigente porque lo de las autonomías es un puto cachondeo y un pastizal. ¿Díganme, qué es eso de La Rioja? Que la vuelen ya, hostias...

Cualquier tartamudeo de Antonio Ozores en ésta peli es mejor que la filmografía completa de Juan Diego Botto. Yo la compré -y ya hace décadas- un viernes por un euro con La Razón -quien si no se podría atrever a hacer una tirada nacional de éste DVD con el periódico, claro que de eso hace mucho y todavía gobernaba ZP... El argumento es sencillo: viendo como funcionaba el tema de la democracia, un cacique local (interpretado por Juanito Navarro, o el candidato a presidente del Real Madrid más absurdo de la historia del club junto a Santiago Gómez Pintado) decide que si hay café para todos, lo suyo es que su pueblo se convierta en Comunidad Autónoma, con todas las de la ley. Para ello se servirá de un senador tartamudo (Antonio Ozores, haciendo de una especie de Demóstones moderno), al que chanteajará con la ayuda de una moza de muy buen ver, interpretada por la típica vedette ochentera que siempre acababa manoseada a dos manos, muslámenes mucho mejor. ¿Lo peor de la peli? Que Alejandra Grepi no enseña las brevas, claramente.

Durante aquellos primeros años de la transición, Don Mariano Ozores nos advirtió de los peligros del divorcio, el bingo, el separatismo, la música regional, el aborto, los curas que se casan, los socialistas, la CIA o trabajar en negro sin cotizar a la SS. Nadie quiso escucharle, y en ésas estamos, todavía, en 2022...