"Green Zone", basada en un best-seller escrito por el ex jefe de la oficina del "Washington Post" en Bagdag, es un thiller de espionaje militar cuya acción se sitúa en las primeras semanas de la invasión del ejército estadounidense en Irak cuando todavía se buscaban las armas de destrucción masiva que supuestamente tenía el régimen de Sadam Hussein.

Paul Greengrass traslada el ritmo endiablado de sus anteriores películas de espías para hacer de "Green Zone" un film entretenido, con un ritmo narrativo y un diseño de producción notable. Pero no se conforma con ser un mero entretenimiento y pretende ir más allá denunciando el hecho de que Estados Unidos utilizó deliberadamente la mentira de las presuntas armas de destrucción masiva para forzar una invasión de Irak.
A pesar de la osadía de la denuncia y de mostrar la compleja red de intereses político-militares de la zona se echa en falta una mayor profundidad sobre el tema que queda bastante diluido por una simplificación excesiva de los personajes y de las razones que les mueven a actuar de uno u otro modo y por no abordar con claridad la verdadera causa que provocó tamaño engaño.

Por otra parte, y como ya viene siendo habitual en este tipo de películas, en mi opinión hay un desproporcionado y abusivo uso de la mareante cámara en mano y de los desenfoques forzados, lo cual para algunos será un signo de modernidad y efectividad pero para mí es un claro síntoma de falta de originalidad y de estilo propio.