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España España · Madrid
Voto de Panadero:
7
Thriller. Intriga Tom Ripley es un refinado y cruel traficante de obras de arte que se ha retirado a vivir al Véneto (Italia) con una violonchelista. Inesperadamente sus negocios se complican, pero en esta ocasión no quiere intervenir personalmente; lo que quiere es poner a prueba la honradez de un honrado padre de familia gravemente enfermo. (FILMAFFINITY)
1 de febrero de 2009
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuesta trabajo creer que la misma novela de Patricia Highsmith haya dado lugar a dos films tan dispares: El amigo americano, de Wim Wenders y el presente. El alemán proponía una trama policiaca, para caer en unas complicadas metáforas visuales sobre cómo un personaje seduce a otro.
Por su parte, Liliana Cavani ha dirigido un film puramente policiaco y de intriga, pero actualizando la trama en muchos detalles, no precisamente accesorios.
La primera secuencia hace que los espectadores nos pongamos a la defensiva: Ripley (un no muy convincente John Malkovich) la emprende a patadas con un guardaespaldas hasta matarle, cual hooligan enfurecido. Da la impresión de que vamos a asistir a una historia de ajustes de cuentas sin más.
Y vamos viendo cómo se ha “reinterpretado” al personaje de la Highsmith: no sólo suelta puños, sino que es vanidoso.
Como vemos, la presentación de personajes deja bastante que desear, y el metraje transcurre a un ritmo demoradamente lento, recorriendo uno por uno los rincones del palacio italiano en el que se retira Ripley.
El ritmo es lento, decíamos, pero sin darnos cuenta nos vemos envueltos por una tensión creciente: Jonathan Trevanny (el actor Dougray Scott, posiblemente el mejor hallazgo de todo el film) acepta casi con nauseas matar por dinero, y en el preciso instante en que elimina al hampón ruso en el acuario, asistimos a una excelente vuelta de tuerca en el film. Ya no hay posibilidad de escape.
Ripley ha sido el mentor de su vecino Trevanny, y éste, aún contra sus principios, aprende rápido el arte de matar. Sus principios morales se van derrumbando sin dificultad, y el aspecto enfermizo debido a la leucemia viene sustituido por una nueva vitalidad; la vitalidad del que ha visto manar sangre.
Y curiosamente, también se opera un cambio en la mente de Ripley: se humaniza hasta límites insospechados.
En líneas generales, podemos decir que la película tarda en arrancar y da una imagen algo domesticada del sádico Tom, pero todos estos defectos se ven limados por una austera puesta en escena, la casi total ausencia de efectismos, unos personajes conmovedores (en especial Trevanny, ese vecino enfermo que se hunde en ríos de sangre), y, sobre todo, una sorprendente partitura del veterano Morricone, que demuestra una tremenda modernidad pese a que lleva décadas dando a la batuta.
Con tan buena materia prima, sigue molestando un asunto: Liliana Cavani no ha escamoteado detalle, se ha metido hasta en la alcoba de ese personaje misterioso que es Tom Ripley, de manera que no ha dejado margen para la ambigüedad.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Panadero
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