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Voto de Prometheus27:
7
Comedia. Intriga. Romance Michael Burrows (Fiennes), un policía que se dedica a elaborar perfiles psicológicos de criminales, acaba de perder su empleo. Su obsesión con los Premios Darwin lo lleva a centrarse en una nueva actividad: elaborar el perfil de las personas capaces de asumir grandes riesgos. Mientras él rehuye cualquier situación peligrosa, su pareja es una investigadora de seguros muy temeraria. (FILMAFFINITY)
7 de septiembre de 2022
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Curiosa cinta que aborda la extraña causalidad que conecta la estupidez humana con la posibilidad absoluta: la muerte. Protagonista ex-policía quiere redimirse buscando un trabajo a la altura y capturando al asesino que dejó escapar.

Dicho así, no tiene mucho de interesante. Pero resulta que se vuelve compleja si uno termina de verla y piensa en Darwin, que da nombre a esos premios otorgados a las muertes más absurdas (y consideradas como un favor del destino por eliminar a los miembros menos aptos de esta generación). Pero ojo, ojalá solo tuviera que pensar en Darwin, porque luego llega la ristra de autores que componen la Generación Beat, que de repente pesan en gran parte de la cinta. Resumiendo muy mucho, los autores de la Generación Beat serían reconocidos por su culto a la libertad humana, el viaje y el fluir de la conciencia. Darwin, por otro lado, es conocido como padre del evolucionismo (cuando en realidad tardó varias ediciones en incluir la palabra 'evolución' en su 'Origen de las especies').

El viaje que realizan los protagonistas es claramente Beat, pero las intenciones son claramente evolutivas: quieren optimizar los beneficios de la compañía para la que trabajan. Los casos que analizan son gente con actitudes muy Beat: un gran arrojo al presente y al hoy de la conciencia. Sin embargo, sus fatales destinos no son muy evolutivos.
Parece plantearse aquí el problema de que no puede serse las dos cosas a la vez, a no ser que estés intentando justificar de algún modo tu más que cruda existencia. En el momento en el que empiezas a vivir, y descubres que hay algo así como 'cultura humana' empiezas a pensar en el bien y en el mal y todas esas chorradas. Nuestro protagonista está ahí, entre lo beat y lo darwiniano, temiéndose, finalmente, que tendrá que abandonar una de las opciones.

Esto se ve genialmente cuando al personaje de Joseph Fiennes empieza a, claramente, parecerse a los casos que investiga. El viaje está ganando al autogobierno, se está dejando llevar. La cosa es no dejarse llevar demasiado. Las drogas toman cierto papel hacia el final de la obra, igual que en Aullido, el poemario de Burroughs que el asesino lleva en su gabardina. Parece que las drogas son el desgobierno absoluto, precedido de una gran reflexión metafísica y la sustracción del yo con respecto a sus posibilidades terrenas.

Buena música y buena película.
Prometheus27
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