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Terror
Ellen Brody aún vive en el pueblo isleño de Amity, pero sus hijos Sean y Michael ya no trabajan en el Sea World, y su marido hace tiempo que murió de un ataque al corazón provocado por su miedo a los escualos. Sean, que es policía, una noche de Navidad tiene que acudir a una llamada para desenredar un tronco de una boya y es devorado por un gran tiburón blanco. Su madre piensa que se trata de una venganza contra su familia, por lo que ... [+]
1 de julio de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al igual que esos western del tito Clemente, donde un pistolero misterioso se encarga de impartir justicia al pueblecito, o comunidad minera, o asociación de consumidores de turno, se nos plantea esta cuarta entrega de la saga tiburón. Esta vez el tiburón viene preparado, ya que tiene habilidades ninja que le permiten rastrear a su objetivo, que debe ser cualquiera de la familia del jefe Brody, (a partir de ahora, jefe B.) aunque este esté cagando en el Himalaya.
- "¿Por qué?": Fue lo primero que pensé al terminar de verla.
Y claro, después de mucho cavilar, llegue a la conclusión de que solo era cuestión de tiempo que los tiburones contrataran a un tiburón asesino a sueldo que se encargue de esa puta familia psicópata que siempre esta en medio de sus barbacoas, que ya se han cargado a unos cuantos primos con la tontería y es lógico y normal que ya se le hayan hinchado los cojones de tiburón al/los contratantes.
Una vez se razona, la película cobra sentido, y ya dejas de preguntarte que coño hace Michael Caine con su vida, o como un tiburón tiene conexión satélite para localizar a sus victimas, porque presas desde luego no son.
Vamos, que se deja ver, yo en tres días la he visto, ¡imaginaos la emoción!
- "¿Por qué?": Fue lo primero que pensé al terminar de verla.
Y claro, después de mucho cavilar, llegue a la conclusión de que solo era cuestión de tiempo que los tiburones contrataran a un tiburón asesino a sueldo que se encargue de esa puta familia psicópata que siempre esta en medio de sus barbacoas, que ya se han cargado a unos cuantos primos con la tontería y es lógico y normal que ya se le hayan hinchado los cojones de tiburón al/los contratantes.
Una vez se razona, la película cobra sentido, y ya dejas de preguntarte que coño hace Michael Caine con su vida, o como un tiburón tiene conexión satélite para localizar a sus victimas, porque presas desde luego no son.
Vamos, que se deja ver, yo en tres días la he visto, ¡imaginaos la emoción!
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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