Película francesa dirigida en 1995 por Mathieu Kassovitz que nos muestra la vida, dureza y discriminación que sufren la gente de los suburbios de París con el seguimiento de tres jóvenes pendientes de si muere un amigo en unos disturbios por parte de la policía.

La película nos muestra una realidad actual en la que los inmigrantes y esos hijos de los inmigrantes a los que no se les quita la etiqueta de inmigrantes conviven con represiones constantes, marginalización social e invisibilidad. Sometidos por un sistema que los reniega a la nada donde su educación depende de la “autoeducación" y que están criminalizados desde que nacen.

Una sociedad del odio, que exige hacer lo que sea por sobrevivir, se generan competencias de jerarquías, de poder. “El odio genera odio", se observa como estos chicos que quedan perdidos por la París andan como perdidos en una jungla, donde son señalados como extraños y que se reconocen así mismos que no pertenecen al lugar.

Racismo, racismo y despojos coloniales…inmigrantes procedentes de las colonias francesas en África como Argelia y Senegal quedan excluidos y ridiculizados por los mismos que ocuparon y colonizaron sus tierras. Como se menciona, “son escoria" porque no se rigen por los mismos valores morales y de dominación de conducta, la hipocresía de los “buenos modales".

Se muestra el racismo de las instituciones, el racismo de la policía, la brutalidad y la impunidad que tienen. No legitiman la autoridad policial. Controles sociales para generar muros invisibles donde al final se viene dando el “ojo por ojo".

Cuando el mundo está contra ti, es muy difícil no estar contra el mundo.