Me veo en la necesidad de argumentar el motivo de mi baja calificación a esta película, pues no han sido pocas las veces en las que hablando de cine con mis amigos ha salido a colación y siempre he disentido de opiniones de gente muy afín a mi gusto cinematográfico. Creo que Aronofsky juega con el espectador superando los límites de lo aceptable. La que sería una gran película queda descalificada por la aparente necesidad del director de herir la sensibilidad de quien la ve. Varias historias cruzadas, con una gran dosis de crítica social desde diferentes vertientes llevan a varios desenlaces simultáneos en los que durante varios minutos se busca la grima, el miedo, el susto, el asco, la lástima, la exaltación excesiva de afectos y pasiones, dejando en un segundo plano a la propia historia y haciendo perder validez a la que hasta ese momento había sido una muy buena película.

Ya lo hizo en PI, película de culto que cuenta con numerosos y apasionados seguidores. ¿es necesario ver cómo revientan venas? No se puede tratar de imitar a David Lynch sin ser David Lynch, pues hay formas de contar las cosas (o de no contarlas) que yo sólo le tolero a Lynch, y a veces con dudas.