A mi entender hasta Charlie y la Fábrica de Chocolate (que tampoco es la mejor de Burton) tiene más energía que este filme. La perfección técnica es mayor que en Pesadilla Antes De Navidad, pero había algo orgánico en aquella imperfección. A mi entender en esta película se nota más que los personajes son muñecos, preciosamente fabricados y diseñados, pero muñecos, al fin y al cabo, rígidos, que tienen un número limitado de expresiones y que, aunque se mueven de forma más natural, no parecen deformarse tanto como los más expresivos creados para Pesadilla...

No es el único punto en el que queda por debajo del filme citado. Yo por lo menos creo que las comparaciones son muy válidas en las críticas, o al menos en algunos casos, por mucho que se diga que son odiosas, y si Tim Burton dotó a Pesadilla de una mayor profundidad y de personajes bastante más carismáticos es justo exigirle que siga en esa línea o por lo menos se acerque más a ella. Aquí parece más preocupado en lo formal. El argumento tiene detalles buenos y chistecillos afortunados, especialmente cuando los muertos reviven, hacia el final del filme (no desvelo más pero la secuencia del niño y el anciano es de lo mejor). Pero los personajes principales tienen poca fuerza. Emily resulta adorable pero casi todos los demás son muy anodinos o no pasan de simpáticos (el gusano a lo Peter Lorre), quedando muy alejados de los brillantes personajes de Pesadilla o ya puestos de los de otros filmes de Burton, como los de Bitelchús, que era casi como una película de animación con actores reales.

Y la historia es de una sencillez excesiva. La de Pesadilla también lo era e incluso pecaba de una (ligera) pretenciosidad, intentando por medio del diálogo (hablado o cantado) parecer más profunda y psicológica, razón por la que la considero un poco sobrevalorada, pero poseía una energía e imaginación fuera de toda duda. En este caso lo que se nos presenta es un cuento predecible con una ambientación muy tenebrosa y elegante, que hace las delicias de algunos fans de Burton o de la estética gótica o macabra, pero que no es suficiente para aportar capacidad de entretenimiento o novedad a la historia, que es una repetición de temas burtonianos.

No le falta calidad técnica ni artística, si nos fijamos en una mera cuestión estética. Pero no logra meternos en el mundo del filme, que en consecuencia no resulta especialmente emotivo ni intenso. Otro aspecto que necesitaría una mejoría son las canciones compuestas por Danny Elfman. Soy un gran admirador de sus bandas sonoras pero en este caso la mayoría de las canciones aparecen forzadas e innecesarias, o bien se podía haber prescindido totalmente de ellas en favor de un mayor desarrollo de personajes o se podía haber usado un sólo número musical (el que canta el esqueleto Bonejangles en una de las más enérgicas secuencias del filme, que sin embargo es un claro homenaje a clásicos de la animación como The Skelleton Dance y por tanto nada muy original).