La peli que destronó a John Carter en la taquilla norteamericana es una de las consabidas adaptaciones de cuentos del Dr. Seuss. Por si no lo saben ustedes, se trata de un ilustrador/escritor de libros infantiles muy popular en Estados Unidos. Varias de sus historias fueron adaptadas en especiales animados de televisión durante los sesenta-setenta. Desde el 2000 se han venido adaptando algunas de sus historias a largometrajes de imagen real y , después, animados, como El Grinch, El Gato, Horton o esta el Lorax.

En todos los casos la adaptación televisiva es muy superior a la moderna, por varias razones. Primero porque , aunque no he leído los libros, los relatos de Seuss no parecen pensados para largometrajes y funcionan mejor en esos mediometrajes. En segundo lugar, los largometrajes o bien son de mala calidad o bien cambian demasiado las historias, que , supongo, están reflejadas de manera bastante fiel en esos especiales de televisión. No se trata tanto de que esos especiales sean magistrales, aunque algunos como el de El Grinch de Chuck Jones lo son, sino simplemente de que narran bien las fábulas y eso los hace mucho más interesantes que los productos manufacturados y mal contados que son las nuevas películas.

Con El Lorax nos encontramos con un punto intermedio, ¿tal vez de inflexión?, en el que, pese a adornar la historia con múltiples (y en su mayoría, pobres y manidos) gags para distraer a los más pequeños y pese al edulcoramiento de ciertos detalles, se logra transmitir una moraleja similar a la de la historia original y reflejar la personalidad del protagonista, el Lórax.

Estamos ante una fábula ecologista que originalmente guarda semejanzas con Wall-E, y también mantiene alguna en esta nueva versión. Danny DeVito dobla al Lorax con acierto en la versión original (veremos que hace en castellano) y la animación es correcta. Illumination Entertainment fue creada por un ejecutivo de BlueSky, de ahí que sus productos se parezcan a los de esa compañía. Sin embargo, son ligeramente superiores a la hora de narrar las historias.

Robots o Horton-por nombrar la otra adaptación del Dr. Seuss-tenían una cuidada animación e incluso algún buen gag, pero eran tan desiguales y explicaban tan mal su argumento que no llegaban a ninguna parte. El Lorax es la mejor adaptación de Seuss a largometraje, pero no tanto por méritos propios sino por los fallos de las demás. No obstante, tiene aciertos a la hora de extender el argumento y está adornada con canciones que mejoran conforme avanza la trama. El resultado es una película sorprendentemente sincera en su escena final pese al aire manufacturado y falso de otros momentos que parecen calculados para entretener a los niños.

El resultado está a un nivel cercano (quizá ligeramente inferior) al de la película previa de Chris Renaud, Gru, mi villano favorito.