The wall (El muro), dirigida por el británico Alan Parker y basada en el legendario disco homónimo de Pink Floyd, es un fascinante videoclip de hora y media de duración, una obra alucinada, romántica, expresionista, angustiosa y tremendamente lúcida inmersa en el contexto de los años 80, en los que el gobierno de Margaret Tatcher infundía el miedo con su política ultraconservadora.
El metraje respeta el concepto general del disco mostrándonos el dantesco itinerario que recorre una estrella de rock, llamada Pink, oprimida por su educación a través de varias etapas de su vida. La historia comienza en una solitaria habitación de hotel en la que se encuentra drogado Pink, quien irá recordando los capítulos más significativos de su vida que le han llevado hasta ese punto de soledad y degradación. The wall denuncia con fervor el papel de las instituciones en la formación del individuo, y trata temas como la rabia, la frustración, el miedo al sufrimiento y el aislamiento como solución al dolor.
Uno de los aspectos más originales de la propuesta es su complejidad a la hora de presentar los hechos (saltos temporales constantes y nula presencia de diálogos), ordenados por el espectador mediante las letras de la música y los elementos visuales que nos permiten construir la historia completa de Pink, el personaje interpretado por Bob Geldolf, cantante irlandés del grupo Boomtown Rats.
"The wall" obra es completamente transgenérica y rompedora, situándose entre el drama, el musical, el videoclip y el cine de animación, cuyas imágenes creadas por Gerald Scarfe, intercaladas entre la música y las imágenes reales sin ningún pudor, logran una atmósfera expresiva y surreal pocas veces alcanzada en el medio cinematográfico.