Quien espere ver una comedia llena de momentos graciosos, ésta no es su película. Si espera ver una película de superhéroes, también se equivocará. Sin embargo, si lo que buscas es pasar hora y media entretenido viendo las aventuras y desgracias de un vulgar tipo, acertarás con "Súper".

Comparada con "Kick Ass", son dos mundos diferentes que parten de una premisa inicial parecida. ¿Por qué no existen superhéroes en la vida real? En esta película, convertirse en uno no es por bondad, sino por venganza podríamos decir. Rainn Wilson, tan conocido por su papel de Dwight Schrute en la serie The Office, protagoniza el film y no se me ocurriría nadie mejor para hacerlo. Su físico peculiar hace que pensemos que el protagonista podría ser nuestro vecino, nuestro panadero o nosotros mismos. Y su motivación, también, ya que quien más quien menos también ha sufrido cómo le birlan a una chica. Una gran actuación por su parte, que nos sumerge en su historia con el paso de los minutos hasta el punto de sufrir con él y olvidarnos de que es una comedia, sino que realmente estamos ante un drama, concretamente, el drama de su vida.

Bien acompañado en el reparto, principalmente con un Kevin Bacon que da el pego como malo malísimo y una Ellen Page que llena de vitalidad la pantalla en cada escena, "Súper" rompe los moldes y llega allá donde otras no se atreven.