"Aprendan a soñar aquellos que se contentan con sacar la lotería" Dijo una vez el gran Alejandro Dolina. Esta película no es mala, no está mal hecha, pero se merece esa calificación porque intenta transmitir un mensaje supuestamente profundo pero que analizándolo un poco esta absolutamente vacío. Will Smith es un vendedor de sueños, un consolador mental. El nos transmite con convicción esto de "puedes lograr todo lo que te propongas", pero no habla de lo estúpido que es correr toda tu vida como un imbecil detrás de la nada misma. Es lo mismo que la película "El Secreto", un consuelo para aquellos que se contentan con soñar que cumplen sus sueños. Fácil de digerir y completamente inútil, porque el supuesto gran mensaje que intenta transmitir se desvanece a las pocas horas, y resulta que no somos Will Smith. Si bien tiene buenas interpretaciones, la sensiblería de esta película es monumental y es justamente lo que le gusta a tanta gente. Es fácil y rápido, como un libro de autoayuda. Bienvenidos al mercado de los sueños.