No se puede añadir mucho más al término de "mala" para describir estas dos horas de imágenes inconexas bien pegadas con una gran elección de música clásica.


Como dijo Kant, "tú pon lo que creas, que ya habrá alguien que lo interprete". Esta película es exactamente eso, una sucesión de imágenes National Geographic y de videos sacados de la página web de la NASA, aderezadas con una historia insustancial y por momentos cómica (por no llorar) que puede dar la falsa sensación de "estar obligándote a pensar", cuando realmente es que nadie en producción quiso (o pudo) pensar por su cuenta.

A los amantes del videoarte, por otro lado, seguramente le parecerá una obra maestra. Sin embargo es recomendable que no vayan a disfrutarlo a una sala de cine, porque las risas, los comentarios del decepcionado y aburrido público y la gente que poco a poco va a ir huyendo de la sala les dificultarán el disfrute de la "película".