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España España · Almendralejo
Voto de Siferval:
9
Comedia. Drama Jojo "Rabbit" Betzler (Roman Griffin Davis) es un solitario niño alemán perteneciente a las Juventudes Hitlerianas que ve su mundo puesto patas arriba cuando descubre que su joven madre Rosie (Scarlett Johansson) esconde en su ático a una niña judía (Thomasin McKenzie). Con la única ayuda de su mejor amigo imaginario, el mismísimo Adolf Hitler (Taika Waititi), Jojo deberá afrontar su ciego nacionalismo con las contradicciones de una guerra absurda. (FILMAFFINITY) [+]
5 de febrero de 2020
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Logra tratar temas tan serios y nefandos como son el nazismo y la guerra de una forma muy personal y satírica que es capaz de llegar al gran público con la sencillez con que lo trata. La gravedad de la situación la resuelve Taika Waititi (Lo que Hacemos en las Sombras) con la simpatía, ternura y locuras típicas de un niño de 10 años. Y pensarás que es infantil, que va dirigida a un público juvenil, pero nada más alejado de la realidad, Jojo Rabbit va más allá de eso. Es sarcástica, crítica, irónica, con mala leche y tierna. ¿Cómo se puede hacer esto? Pues adaptando muy bien la novela en que se basa y captar lo que narra en las ideas de ese niño nazi que es Jojo, muy bien interpretado por Roman Griffin Davis en su primer papel. Así, lo que nos da a conocer la historia es la posibilidad de cambio de las personas a pesar de la fe ciega desde la que parte. Es una lucha y una crítica ante el adoctrinamiento y la falta de conocimiento de lo que hay más allá de esa burbuja que imponen algunos regímenes, de la falta de razón de una guerra innecesaria y un odio racial nunca visto. Es genial el trato de las "leyendas" sobre los judíos, como un miedo a lo desconocido que le imponen a los niños. Esas enseñanzas al odio están tratadas aquí de una forma surrealista, pero que queda muy acertada dentro del tono cómico de la cinta, pero la seriedad siempre sigue durante su metraje, en un ominoso segundo plano que casi se puede palpar (quedará en la retina la parte del registro de la casa). Radica aquí la capacidad de Waititi para convivir con los dos géneros casi al mismo tiempo sin que ninguno chirríe entre ese libre albedrío con que van apareciendo los actores.
¡Y los actores! Vaya grupo de personajes logra crear el director: desde una estupenda Scarlett Johansson (Her) que da el tono sensato a la cinta, pasando por el casi siempre genial Sam Rockwell (Tres Anuncios a las Afueras) en un papel disparatado que le va como anillo al dedo, al igual que sus secuaces Alfie Allen (Juego de Tronos) y Rebel Wilson (Dando la Nota), y como no, el imaginario Hitler del propio Taika Waititi, hasta la entrañable Thomasin McKenzie (No Dejes Rastro) como la niña de la buhardilla. En general, es dificil elegir uno, porque todos están acertados, al igual que el tono general de la película, que la convierte en una de las mejores del año 2019. ¿Por qué? Por su humor disparatado, su simpatía, su sátira, su crítica y su mensaje antibelicista.
Y que es necesaria en esta sociedad tan cambiante y olvidadiza.
Siferval
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