Escrita y dirigida por Zal Batmanglij (The OA), es una película valiente que trata sobre un tema tan delicado como la defensa del medio ambiente y la lucha contra empresas y corporaciones negligentes contra la naturaleza y la salud humana. Pero no queda ahí la cosa y también muestra el mundo sobre el espionaje privado y la forma de actuar que tiene, en la mayoría de las veces movido por el poder del dinero, sin escrúpulos y alejado de toda ética y moral, cuyo lema siempre es: Vendido al mejor postor.
Así, una corporación de esta índole y pagada por empresas de alto postín, se dedica a infiltrar espías dentro de diferentes organizaciones defensoras del medio ambiente. Es el caso de la protagonista Brit Marling (The OA), eficiente empleada que acaba en una de estas organizaciones llamada The East. Conviviendo con estos denominados terroristas ecológicos logra ver lo que hay más allá de lo que algunas empresas dicen, destapando mentiras sobre su supuesta buena ética para con el entorno que le rodea. Aquí reside el punto de inflexión de la cinta: el castigo por parte de la justicia no es equitativo para unos y para otros. Las grandes empresas pagan multas pero continúan actuando; los activistas son encarcelados durante años por causar actos puntuales. Es ese juego con la ley lo que predomina en la cinta y la moral de cada individuo. En este caso, cada uno de los integrantes tienen diferentes motivaciones y límites a los que llegar. En este grupo destacan los roles del líder Alexander Skarsgård (La Leyenda de Tarzán), Ellen Page (Super) o un estupendo Toby Kebbell (Ira de Titanes).
Es una película que merece ser visionada, que aunque tiene momentos de debilidad sabe salir del envite con resolución y con conocimiento de causa, una causa que la hace propia y la extiende al resto del mundo con su mensaje.