Blancanieves y los siete enanitos sigue siendo un clásico tan perdurable que los enanitos se mantienen más jóvenes que la mayoría de nosotros. La película narra una historia tan atemporal que parece que hasta la mismísima manzana envenenada ha resistido el paso del tiempo.

La animación es como esos detalles de alta costura que hacen que te preguntes si los dibujos animados tienen un spa exclusivo. Los personajes, desde la encantadora Blancanieves hasta los enanitos con más personalidad que una fiesta de cumpleaños, están dibujados con tanto cariño que parecen estar a punto de saltar de la pantalla.

La música merece un Grammy de la época de los cuentos de hadas, con canciones como "Heigh-Ho" y "Whistle While You Work" que son tan pegajosas que podrían sacar a cualquiera de un mal día.

Resumiendo, Blancanieves y los siete enanitos es una joya en el cofre de Disney que sigue siendo tan valiosa que ni la Reina Malvada se atreve a intentar arrebatársela. Una obra maestra atemporal que merece ser apreciada más que un tesoro escondido.