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Voto de Argoderse:
9
Thriller. Acción. Comedia Un capo de la droga con un marcado estilo británico intenta vender su imperio a una dinastía de multimillonarios procedentes de Oklahoma. (FILMAFFINITY)
2 de marzo de 2020
14 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un poquito de Lock & Stock, con otro de Snatch y el remate de RocknRolla y tenemos de nuevo al mejor Guy Ritchie con The Gentlemen. Los señores de la mafia. Su cine de siempre. Ese en el que un cúmulo de historias y personajes de los bajos fondos viven su particular idiosincrasia hasta converger todos en un punto final apoteósico.

Por el camino y hasta el desenlace: tipos duros sin escrúpulos, diálogos llenos de ingenio y secuencias de acción que se mezclan con el humor solo al alcance de muy pocos. Siempre con un reparto arrollador. Pero en este caso más aún, pues todos están de diez. Empezando por un desmelenado Matthew McConaughey, como principal protagonista. Él es el rey de la jungla.

Y ya se sabe que el poder acaban por ansiarlo muchos y de distinto pelaje -algo muy común en el cine de Ritchie, que sus películas parezcan una sesión en la ONU-. Británicos, americanos, rusos, chinos, mafiosos, aristócratas, periodistas... En fin, que todos quieren una parte del pastel viendo que el león McConaughey se hace mayor. Pero a éste le quedan todavía colmillos y aunque parezca relajado, no está dispuesto vender a cualquier precio el cetro de la selva londinense.

Algo así le sucede al propio Ritchie. Un tipo que tras la trilogía de la libra con la que empezaba esta crítica no tiene que demostrar nada más. El Tarantino británico, dicen -y no solo por los contrapicados-. Cada uno tiene sus propias peculiaridades, pero lo que está claro es que cuando Guy se pone a rodar sin filtros y con total libertad, ofrece películas descomunales como ésta. Tensas, con un ritmo vertiginoso -la cámara de Ritchie vuela y combina planos espectaculares- y personajes de lo más variopintos, con su propia parcela de protagonismo.

Dentro de esa gama de personajes, en The Gentlemen. Los señores de la mafia destacan dos: Hugh Grant y Charlie Hunnam. Una suerte de Burt Lancaster y Tony Curtis en Chantaje en Broadway. Vamos, que dentro de la fauna que representan los bajos fondos y la mafia, todo y todos tienen un precio. La información sobre todo. Y a su manera, Grant quiere algo que Hunnam tiene y viceversa. Brutales los dos.

Como espectacular está Colin Farrell. Quizás el único con algo de cordura dentro de este ecosistema donde todo el mundo quiere sacar tajada. Un personaje que combina lo mejor de Farrell en Intermission y Escondidos en Brujas.

Un soplo de aire fresco a tanta vorágine mafiosa como el que pone Michelle Dockery. El toque femenino entre la testosterona de todo el elenco. Y no una fémina cualquiera, sino el contrapunto perfecto para ese McConaughey chulesco. El oscarizado protagonista de Dallas Buyers Club está desatado y gracias a Dockery encuentra la pausa necesaria para reconducir su posición en la jungla.

Hablando de pausas, tal vez -y solo tal vez- a este trabajo de Ritchie le faltan ciertos momentos de sosiego en los que reordenar las ideas. La velocidad es tan endiablada que no deja una ocasión para reestructurar todas las historias que se van abriendo conforme avanza la trama. Eso queda para después, una vez concluida la película e irte con la sensación de haber visto en pantalla un producto sobresaliente.

Algo así como aquello que decían los Coen de "Si no es nuevo y nunca envejece...". Eso le sucede al cine de Guy Ritchie. No es nuevo, ni original. Ya lo has visto antes. Y aún así sigue teniendo frescura. Es entretenido y vivaz. Convence y hace que ir al cine, pagar tu entrada y ocupar la butaca cobre sentido y significado.


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Argoderse
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