El Alienista tiene el honor -o el perjuicio- de haber coincidido en el tiempo con otra serie de temática parecida como Mindhunter, también de Netflix. En esta, David Fincher iba al bakcstage de los asesinos en serie. Qué hay detrás de la mente de un criminal para cometer actos tan deplorables e inimaginables. Y en este punto, se puede decir que El Alienista es la base de Mindhunter, separadas en tiempo y espacio. Obviamente.

La psicología mezclada con esa ambientación perfecta son fundamentales. Pero como las series -como las películas- no son un teorema científico para estudiarlo en las universidades, sino un vehículo de entretenimiento y distracción. Y en este caso, el cometido del espectáculo se cumple. Gracias a esa reflexión que esconde la trama - el morbo por el crimen siempre ha gustado al gran público-. Es verdad. Pero también gracias a una pareja protagonista -Daniel Brühl y Luke Evans- que, a priori, no pegan ni con cola pero, finalmente, se entienden a la perfección y acabas haciéndolos tuyos. Radicalmente opuestos entre el método y la acción, la curiosidad de ambos por la naturaleza humana los hace muy ricos en matices.

No así Dakota Fanning, la tercera en cuestión, y que no está a la altura del personaje que representa. Una mujer que rompe todas las reglas y barreras que le ponen en su camino. Una mujer que quiere conseguir sus sueños. Una mujer fuerte y decidida, pero a la que Fanning no le imprime ningún carisma. Desaprovecha la oportunidad de brillar con un traje que cualquier actriz querría ponerse.

A pesar de esos baches, la serie funciona y es perfecta para los amantes del thriller, del crimen, de los asesinos en serie, de las series de época o del género policíaco con ciertos toques morbosos. Todos ellos tienen cabida en estos diez primeros capítulos de la primera temporada.

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