Eggers construye un largometraje soberbio de la mano de un magnífico elenco. Tanto Alexander Skarsgård como Nicole Kidman ofrecen actuaciones brillantes y poco a poco nos sumergen en la brutal forma de vida de los vikingos. Paradójicamente, el etéreo misticismo de las valquirias y el amor, envueltos en un paraje sobrecogedor, aportan a la trama una delicadeza encantadora. Escenas escalofriantes que muestran el lado más salvaje del ser humano y momentos de pura pasión. Una película poderosa y envolvente que enseguida cautiva al espectador. Totalmente recomendable.