Muy digna secuela de la obra maestra filmada por Kubrick en el 68. Evidentemente, las comparaciones pueden ser odiosas, ya que la primera entrega contiene una carga más profunda y difícil de entender, mientras que en esta secuela apuestan por un tono más aventurero y dando respuestas a dudas pasadas. Y creo que no se equivocaron, ya que pretender igualar lo visto anteriormente hubiera supuesto un fracaso absoluto. Las imitaciones casi nunca son buenas.

Peter Hyams tiene experiencia con el cine espacial, gracias a películas como "Capricornio Uno" o "Atmósfera cero", por lo que debieron pensar que era el candidato ideal para llevar a cabo este proyecto, que probablemente en su día generó muchas dudas dado lo que tenía en el equipaje, nada más y nada menos que la película que cambió el cine de ciencia ficción para siempre. Aquí nos encontramos con unas escenas espaciales tan buenas como su precursora.

Para las nuevas generaciones, esta película les puede parecer demasiado antigua en su planteamiento, y es que las tramas vinculadas a la Guerra Fría tuvieron un momento muy concreto y ya no gozan de demasiado interés. Al final, como en muchas aventuras vistas en el cine de los ochenta, se busca transmitir un mensaje de unión y paz entre dos bloques que, por aquellos años, parecían estar deseando entrar en un conflicto que llevase a la destrucción total.

Lo dicho, muy digna y recomendable.