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Voto de Pedro_MG:
4
Drama. Romance Después de rodar una película en Hiroshima, una joven actriz francesa pasa su última noche en un hotel, en compañía de un japonés. Son dos desconocidos, pero lo que podría ser la fugaz aventura de una noche se convierte en un intenso idilio que hace que ella rememore un amor imposible vivido en Nevers (Francia) unos años antes. La relación amorosa se convierte entonces en un proceso introspectivo a través del cual la mujer reconstruye ... [+]
24 de febrero de 2021
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Hiroshima, mon amour" nos muestra el tórrido romance entre una actriz francesa y un arquitecto japonés, con la ciudad de Hiroshima de fondo y en plena reconstrucción, tras sufrir años atrás el horrible ataque nuclear con el que se puso punto y final a la Segunda Guerra Mundial. A lo largo del metraje, iremos conociendo parte del pasado de los protagonistas, que carecen de nombre propio en la historia. Especialmente importante para la trama es el desarrollo del personaje femenino, que poco a poco irá abriéndose ante su amante y contando sus vivencias durante el conflicto bélico en su país, vivencias que le llevaron a ser repudiada por vecinos y familiares, creando en ella un trauma emocional prácticamente imposible de superar.

Alain Resnais provenía del mundo del documental, cosa bastante evidente observando los primeros quince minutos de la película, donde se nos muestran imágenes de archivo con las consecuencias que produjo el uso de la bomba atómica sobre la población de esta ciudad japonesa. La idea inicial de Resnais era realizar un documental sobre la reconstrucción de Hiroshima, pero tras hablarlo con su productor, decidieron sacar adelante una obra de ficción con toques documentales. El primer paso fue contactar con la escritora Marguerite Duras, que presentó un libreto con líneas de diálogo con intenciones claramente reflexivas y profundas, donde lo que primase fueran los matices que actor y actriz principales supieran sacarle a la historia.

La película destaca especialmente por su montaje. Es interesante conocer el pasado de la joven actriz en su localidad natal mediante el uso de flashbacks, técnica que, si bien no era nueva, sí parece que cogió por sorpresa a gran parte de los espectadores. Este montaje intenta darle a la película algo de dinamismo en ciertos momentos, si bien el tono de la cinta es extremadamente pausado, provocando la sensación, pese a su corta duración, de ser bastante más larga de lo que parece. La fotografía del filme también tiene momentos muy notables, especialmente en su tramo final, mostrando la noche japonesa en plena reconstrucción.

Se ha hablado, y se sigue haciendo, de si realmente este tipo de cine es tan bueno como se dice desde gran parte de la crítica especializada. A muchos nos viene a la cabeza la imagen del crítico pedante y elitista, calificando de anti intelectual a todo aquel que no disfrute con este tipo de cine y sí con las películas de género y comerciales. Siempre he pensado que es un debate que no lleva a ninguna parte, ya que los gustos son muy personales y muchos de estos críticos, o consumidores de cine y artes especialmente “avanzadas” (si es que podemos utilizar ese término) caen constantemente en una desagradable costumbre, que es la de usar la clásica falacia de autoridad. Si gusta a críticos refinados, es que la obra es buena, dejando a quienes no la disfrutan como personas carentes del suficiente intelecto como para entenderlas.

Y esto es algo que me da muchísima rabia tras haber visto esta película. Porque no me ha gustado absolutamente nada.

Me interesa el peso del pasado. Los traumas sufridos y las dificultades que tenemos para poder vaciar la mochila de viejos recuerdos cargados de drama y dolor. Me gusta que el cine me cuente algo más allá de una ensalada de disparos y explosiones. Me interesa esa relación interracial y extramatrimonial de finales de los cincuenta, en una sociedad mucho más conservadora que la actual. Me interesan los conflictos y choques culturales entre Oriente y Occidente, y más con el factor colonial que tenía todavía la Francia de aquellos años. Y me interesa el contexto post bombardeo, el contenido antibelicista. Pero ni Resnais ni Duras consiguieron en menos de hora media que mostrase interés con unos diálogos cargados de pedantería, muchas veces vacíos, ni con unas actuaciones que no me transmitieron nada. Se habla del gran papel de la actriz Emmanuelle Riva, pero yo, modestamente, considero que está completamente pasada de vueltas.

En resumen, "Hiroshima, mon amour", quizás no sea de esas películas a las que le vuelva a dar una oportunidad y poder valorarla en su justa medida. Quizás el error sea mío y, como dicen algunos críticos muy sesudos, no todos disponemos de suficiente nivel como para valorar estas obras, pero mientras tanto, prefiero quedarme con otros tipos de cine menos cargados de ínfulas.
Pedro_MG
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