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España España · Madrid
Voto de santos:
8
Drama Soñando con el éxito como cowboy de exhibición, el joven e ingenuo tejano Joe Buck se traslada a Nueva York, donde comienza a trabajar como gigoló seduciendo a mujeres maduras de Manhattan. Joe pronto descubre que ese mundo no es como él se imaginaba, pero antes conoce a Rico "Ratso" Rizzo, un timador que lo quiere estafar. (FILMAFFINITY)
16 de junio de 2011
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Joe Buck es un ingenuo tejano que decide empezar desde cero, abandonando su miserable trabajo, su ciudad y lanzándose a cumplir su sueño: ser un vividor en Nueva York. Por desgracia Joe no tardará mucho en comprobar que la vida no es ni tan fácil ni tan bonita como pensaba y se verá obligado a atravesar toda clase de penurias para sobrevivir. En su duro camino le acompañará Ratso, un timador de poca monta, enfermo y tan tirado como él.

Película sombría y que te da de bruces con una realidad descorazonadora y pesimista. Que la vida no es de color de rosa es bien sabido por casi todos, que en el cine tiende a dulcificarse es por regla general una constante; pero Midnight Cowboy es uno de los claros ejemplos de que la vida puede suponer un verdadero tormento y que ir de listo por el mundo nunca favoreció a nadie.
Joe llega a Nueva York (la tierra de la oportunidad, donde cualquiera puede ser lo que quiera con sólo proponérselo) por la puerta grande y a comerse el mundo y todo ello queda reflejado en las imágenes iniciales de la urbe, donde se aprecia el glamour y estilo de sus habitantes; pero también se van intercalando algunas escenas que dejan al tejano perplejo y en las que se empieza a intuir que no es oro todo lo que reluce. Según avanzan los minutos, todo va adquiriendo un cariz más gris y más frío y la gran ciudad se va haciendo cómplice de la deprimente situación de los protagonistas. Es junto con Taxi Driver una de las más descarnadas fotografías neoyorquinas realizadas y esa honestidad se vuelve una de sus grandes claves. Otra clave es la amistad de los dos protagonistas, es precioso ver como cuanto más hundidos están, más se quieren y se necesitan mutuamente; enternece ese cariño que muestra el uno por el otro y que los une hasta el final.

Pelotazo de John Schlesinger que con escasos proyectos a sus espaldas se atreve con un osado proyecto en el que deja en evidencia la cínica y superficial sociedad americana, sociedad a la que él no pertenecía. Completa un trabajo lleno de desparpajo y con el que arrasó. Comentar que ni la calificación X pudo frenar el resonante éxito de la película.

El guión de Waldo Salt es extraordinario y no hace falta mencionar la inmortal canción de Harry Nilsson ni la melancólica partitura de John Barry porque son esenciales y llenas de sentimiento.

Los actores están tremendos, desde el prácticamente desconocido John Voight, su figura de perdedor solitario que recorre las calles con su radio y un estrafalario traje de cowboy es ya reconocible por el mundo entero, pasando por el asombroso Dustin Hoffman que pasó de ser seducido por Anne Bancroft a clavar su papel de tullido tuberculoso al que la suerte hace tiempo que le dió la espalda. Sylvia Miles está fantástica en su breve aparición como "clienta" de Joe.

Gran obra que es franca, sincera, dura y desoladora a partes iguales.




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SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
santos
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