Rupert Pupkin es un aspirante a cómico que vive por y para ver su sueño hecho realidad, que es aparecer en el show de Jerry Langford, uno de los humoristas más reconocidos del país. Rupert tiene claras dos cosas: que él ha nacido para ser el nuevo Rey de la Comedia y que hará lo que sea necesario para convencer a Langford de que merece una oportunidad para probar su talento.

Muy buen trabajo de Martin Scorsese, que no es uno de los más recordados ni más populares del cineasta neoyorquino, pero que está rodado con mucho desparpajo y que consigue un acercamiento muy auténtico a la vida de un famoso y a la de un aspirante a famoso.
Uno de los puntos principales es precisamente el observar el agobio y la presión que tiene que soportar una persona pública como Jerry y la creciente obsesión por llegar a ser una celebridad de Rupert.

Tras la soberbia Raging Bull, Marty vuelve con esta interesante película y vuelve a confiar el papel principal a su amigo y socio durante muchos de sus éxitos: Robert De Niro y el resultado vuelve a ser inmejorable; su personaje provoca risa pero también compasión y hasta nerviosismo, porque poco a poco se va revelando como un hombre inestable y que arriesga todo por su meta. Jerry Langford recae en el legendario Jerry Lewis y personalmente me parece un soberano acierto el repescar a este clásico del humor americano y pese a que no hace una actuación antológica, cumple bien con su cometido de secundario y es un lujo y un honor verlo en un registro tan diferente al que nos tenía acostumbrados.
La participación femenina está compuesta por la muy sexy Diahnne Abbott y por la desequilibrada y bien interpretada Sandra Bernhard.