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España España · Madrid
Voto de Naran:
9
Comedia. Drama Los Hoover son una familia muy peculiar: el abuelo esnifa cocaína y suelta palabrotas, el padre fracasa estrepitosamente dando cursos para alcanzar el éxito, la madre no da abasto, el tío se está recuperando de un suicidio frustrado tras ser abandonado por su novio, el hijo adolescente lee a Nietzsche y guarda un mutismo absoluto. Y Olive, la hija pequeña, una niña gafotas y más bien gordita, quiere ser una reina de la belleza. Cuando, ... [+]
2 de marzo de 2008
6 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Familia disfuncional de fracasados se embarca en una empresa disparatada que no lleva a ninguna parte, pero al final son felices porque se quieren. Parece el argumento de un capítulo de Los Simpson. Jonathan Dayton y Valerie Faris hacen su debut en el cine -con una larga lista de trabajos como directores y productores en diversos medios-, con esta película de marca independiente, una comedia de carretera en vagoneta repleta de humor entre inteligente y surrealista. Pequeña Miss Sunshine, campanazo del 2006, divertida, tierna y querible, y eso sí, sin la mala leche de Todd Solozond y compañía.
El comienzo muy a lo American Beauty parece anticipar típico drama familiar, lleno de momentos lacrimógenos y con moraleja final, pero no. Un guión - de Michael Ardnt- cuidado hasta el infinito -de Oscar-, brillantes diálogos y unos personajes que conmueven desde la primera frase que pronuncian son los elementos punteros de Pequeña Miss Sunshine. Personajes de trazo grueso, secundarios deliberadamente antipáticos -¿quién no sintió aprensión ante el presentador del concurso?- toques crueles, ternura, humor negro y crítica social... Jonathan Dayton y Valerie Faris creen en su historia y se nota. La película está construida con solidez y ritmo, con una nada pretenciosa o efectista puesta en escena. Ni rastro de las ínfulas o la grandilocuencia a las que nos tienen acostumbrados algunos realizadores debutantes, particularmente en el cine de Hollywood. Viva la sencillez.
Es cierto que Pequeña Miss Sunshine abusa a veces de los lugares comunes propios del cine independiente, y que la crítica al sueño americano y a la sociedad competitiva es algo previsible. Pero es que la película tiene tantos gags hilarantes que todo lo regular pasa a segundo plano. El claxon de la camioneta es desternillante. La huida del hospital, surrealista. El bailecito final, de traca, pero de la buena. Y todo envuelto con una excelente banda sonora.
Pequeña Miss Sunshine tampoco sería lo mismo sin sus actores. Todos están perfectos. Greg Kinnear es el perdedor; Toni Collete, la neurótica; Alan Arkin -que ganó un Oscar-, el abuelo rebelde; Steve Carell, el hermano suicida; Paul Dano, el adolescente mudo... Mención aparte merecen las niñas del concurso, pequeñas Barbies de sonrisa Profidén. ¿Producto de una fantástica caracterización o de un acertado casting? Son aterradores juguetes rotos.
Y Abigail Breslin. Regordeta, simpática y profundamente natural y encantadora. Olive es Pequeña Miss Sunshine.
Divertida, diferente, con situaciones descabelladas por doquier, Pequeña Miss Sunshine nos enseña que si la furgoneta no arranca, empujemos... y que hagamos lo mismo con nuestras vidas. Dedicada a todos aquellos que practican a pies juntillas aquello de "la familia unida jamás será vencida".
Naran
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