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Voto de Daniel Valcarce:
10
Thriller. Acción Frank es un ladrón de joyas experto en el negocio de diamantes. Sin embargo, tras haber pasado algunos años en la cárcel, llega a la conclusión de que lo que realmente desea es abandonar su profesión y tener una agradable vida familiar. Pero antes tendrá que resolver ciertos problemas. Para acelerar el proceso interviene en un gran negocio en el que participa un gángster muy poderoso.(FILMAFFINITY)
3 de agosto de 2018
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
El impresionante debut de Michael Mann en la dirección de “Ladrón” (Thief, 1981) fue tan elogiado por la crítica que no solo logró una nominación a la Palma de Oro a la mejor película en el Festival de Cannes de ese año, sino que además impuso el estilo distintivo que su cine tendría en el resto de su aclamada carrera. Su cine estéticamente perfecto, de atmósferas contemplativas que se nutren de color, luz y oscuridad, se apreciaría en cada uno de sus elogiados filmes posteriores a “Ladrón” como “Cazador de Hombres” (Manhunter, 1986), “Fuego contra Fuego” (Heat, 1995), “El Informante” (The Insider, 1999) y “Daño Colateral” (Collateral, 2004) entre otros.

Michael Mann, que ya venía del mundo de la publicidad, comienza su arte cinematográfico al inicio de una década marcadamente televisiva y absolutamente señera en su trabajo, que le daría licencia visual para poder romantizar el crimen y el thriller policíaco neo-noir, siempre de la mano de protagonistas masculinos. Es así como James Caan, el protagonista de “Ladrón”, parece ser una suerte de héroe épico y perfeccionista que deambula por calles, rincones y bares teñidos de verdes, azules y ocres, donde cada una de sus acciones delictuales parece constituir una sofisticada pieza de arte en el acabado final de una impresionante obra cumbre. En este sentido, “Ladrón” es también una metáfora visual de la glorificación del crimen, donde la historia narrada, su evolución y su desenlace no pasan por la reflexión moral de sus personajes, sino que más bien los asume a todos como parte de una irrompible cadena de corrupción y los retrata siempre adornados por una hermosa dirección fotográfica y una marcada banda sonora. En los paisajes urbanos y la poesía visual creados por Michael Mann, hay una estilización y un trabajo de cámara que constantemente se estudia en las escuelas de cine y que le ha valido ser varias veces reconocido en la industria fílmica mundial como un respetado cineasta de culto.

Finalmente, es indispensable mencionar la importantísima presencia de la agrupación alemana Tangerine Dream a cargo de la banda sonora de “Ladrón”. En la década de los 80, tan rica en música electrónica, los sonidos sintetizados de Tangerine Dream acompañaron varias cintas de culto como “Negocio Riesgoso” (Risky Business, 1983), “Ojos de Fuego” (Firestarter, 1984), “Leyenda” (Legend, 1986), y “Cuando Cae la Oscuridad” (Near Dark, 1987). En “Ladrón”, la banda sonora es tan fundamental que pasa a ser casi una protagonista más de la historia, contribuyendo no solo a crear la atmósfera necesaria, sino que aporta a la película un sello ochentero inconfundible.

Texto: Daniel Valcarce
Daniel Valcarce
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